Era un completo imbécil, caminaba de un lado al otro en la sala de espera. Jamás me había sentido tan ansioso hasta el día de hoy, tenía ganas de entrar al cuarto donde estaba Mariana.
Mis manos me sudaban, había traído a Mariana lo antes posible nunca creí ver a mi omega de esa forma.
No me había dado tiempo ni a despedirme de mi amigo cuando salí corriendo con Mariana en mis brazos. Estaba esperando a que el doctor me diera buenas noticias y que no fuera algo grave.
Mire la hora, ya habían pasado cinco horas y nadie me sabía respuestas, saque mi celular para distraerme pero fue peor porque tenía muchas notificaciones de Mariana desde la noche anterior. No le había contestado por que me puse demasiado ebrio por las palabras de Wilbur, no había dejado de dar vueltas en mi cabeza.
Estaba tan ebrio qué comencé a vomitar así que un buen amigo me ayudó llevándome a su casa qué estaba cerca. Me quedé dormido en su sillón después de tomar una buena ducha.
Al despertar aun me sentía celoso, no conocía bien a Mariana pero estaría dispuesto a darle lo que él me pida sin rechistar. Pero eso me hacía sentir inseguro, tenía celos de la idea de que Mariana haya estado con más alfas y que alguno de ellos sea el verdadero padre.
Mis instintos me pedían a gritos que tomará a MI omega y lo mantuviera encerrado para que fuera solamente mío. Sabía que eso no podía ser así que me tomé todo el día para reflexionar un poco.
—Buenas noches Slime. — Guarde mi celular y me acerque al doctor.
—Buenas noches. — Mostré una sonrisa forzada porque en ese momento no quería ni sonreír.
—Ya puedes estar tranquilo, el omega y tu bebé están bien. — Aseguro con amabilidad haciendo que el peso que sentía encima se fuera.
—Gracias doctor.
—Fue de gran ayuda qué lo trajeran inmediatamente ya que se encuentra despierto, tuvimos que colocarle un suero porque estaba muy bajo de nutrientes. Al parecer y por lo que me dijo él no ha comido desde anoche y eso no puede volver a pasar.
—Seremos mucho más cuidadosos con la alimentación.
—Eso espero, el bebé en su vientre está creciendo y necesita de una alimentación balanceada con un horario determinado los dos tienen que ser muy responsables. Podría darte una lista de alimentos que podrían ayudar en esto y algunos que sería mejor evitar para mejor el desarrollo de tu bebe. — Yo asentí, eran muchas cosas las que estaba diciendo pero lo más importante es que Mariana y mi bebe estaban en buen estado. —Y otra cosa, no se si te lo habían dicho pero tu omega necesita de tus feromonas para sobrellevar el embarazo, si tu omega se siente solo o deprimido le transmite eso al embrión y podría ocurrir un accidente. El embarazo en hombres es muy complicado y si queremos que todo salga bien es necesario que esté en un espacio controlado donde tendrá que reposar tiene que llevar una vida tranquila.
—Sí, estaré mucho más atento a Mariana para poder lograr que tenga un embarazo tranquilo. Y de nuevo gracias por atenderlo inmediatamente.
—No te preocupes es mi deber pero en la próxima reunión tú podrías invitar los tragos. — Agradece poder tener un amigo que trabajará en uno de los hospitales más respetables en la zona y que pudiera atendernos rápido.
—Así será.
—Ya puedes pasar a ver al paciente, necesita de ti. En un momento lo daré de alta firmar algunos papeles y podrán ir a casa. Y casi se me olvida se me olvido decirte Felicidades por ser padre, me alegro mucho saber que seras padre. — Nos dimos un abrazo, era la primera persona que lo sabía a parte de mi amigo y me alegraba escuchar sus palabras de felicitación.
Me dirigí a la habitación que me indicó y abrí la puerta llamando la atención de Mariana.
Mientras estaba acostado en la camilla, su rostro lucía algo pálido y podía notar que bajo sus lindos ojos tenía unas grandes ojeras, haciendo evidente que no había dormido.
—Hola, ya hable con el doctor, te darán de alta en un momento.
Me acerqué a él, quería correr y abrazarlo para protegerlo de todo lo que lo pidiera lastimar. —Perdón por lo que ocurrió...
Lo detuve antes de qué siguiera hablando. —Perdoname tu a mi, fui un tonto no debí hablarte a ti, después de la noche que te hice pasar.
—Fui a buscarte, estaba preocupado. —Explicó, su voz se escuchaba algo apagada. —No quería causarte ningún problema en el trabajo o con tus conocidos.
—No digas eso, solo me sorprendió que estuviera en ese lugar no era un buen momento para mi. No pase una buena noche y por eso hable de esa forma. — Lo tomé de la mano con delicadeza, su mano estaba congelada así que la tapé con mis dos manos tratando de quitarle el frío. —Perdón por no comunicarme contigo anoche.
—Debió de haber sido una gran fiesta. — Notaba que estaba molesto al mencionar la fiesta.
—La fiesta hubiera sido mil veces mejor si estuviera ahí... — Entrelace nuestros dedos y comencé a soltar un poco mi feromona para tratar de aliviar sus malestares. —, jamás volveré a hacer algo así. Estaré siempre en comunicación contigo para que tu y mi hijo se preocupen. Además el doctor me dijo que no habías comido nada y eso causó que te desmayaras.
—No podía comer, estaba tan preocupado que no me dio tiempo a comer nada. — Lo abrace fuerte, por que no creí que le causaría tantos problemas el no haberle contestado pero ahora me daba cuenta de mi error.
—No volveré a hacer algo así, hablaremos de esto mejor en casa después de que te prepares algo delicioso. Iré a hablar con el doctor para poder irnos a casa y haré todo para que te sientas mejor. — Le di un beso en su cabello que estaba un poco desordenado.
Cuando lo dieron de alta lo lleve a la casa y lo deje directamente en la habitación que compartimos, prepare una deliciosa cena tratando de poner todo tipo de alimentos balanceados para que pudiera recuperar la energía que perdió.
Mientras él comía yo le platicaba un poco como había sido la fiesta y la noticia que invité a mis padres a un restaurante para que se conocieran y darles la buena noticia. El no parecía muy convencido pero le prometí que no pasaría nada malo.
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Instant Family
FanfictionDespués de meses de soñar con el mismo chico por fin lo tenía frente a mí, comencé a sentir la necesidad de tenerlo entre mi brazos y jamás soltarlo. Era un sentimiento tan asfixiante, no entendía como ese lindo chico de gafas provocaba tanto en mi...