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Hoy había sido una mierda de día, estuve en diferentes reuniones por que fui invitado por uno de mis socios comerciales más importantes eso no era lo malo por que a pesar de todo me gustaba mi trabajo no puede irse del lugar y me dolia por que hoy Mariana tenía cita con el médico para hacer el ultrasonido y revisar que nuestro bebe estuviera creciendo de forma correcta y me lo perdi. Entramos a la semana dieciocho de gestación y comenzaba a ser más evidente su embarazo, en sus camisas o playeras sobresale ese pequeño bulto, cada vez que lo veía así me hacía sentir orgulloso.

El chofer se estacionó frente al departamento entrando al estacionamiento, estaba triste por haber faltado a la cita pero Mariana me dijo que Roier lo acompañaría así que me tranquilizaba un poco y le sugerí que uno de los choferes lo acompañara pero él insistió que su amigo lo llevaría, todo el tiempo estuve revisando su ubicación junto a los mensajes para asegurarse de que este seguro pero por estar tan atento desde temprano se murio la bateria.

Mi alfa se sentía ansioso de no saber dónde estaba mi bello omega, inmediatamente cuando acabó la reunión le pedí a mi chofer que me trajera inmediatamente a casa, ya quería tenerlo en mis brazos y poder hundir mi cabeza en su cuello para oler sus feromonas por las que me volví un adicto.

—Muchas gracias, mañana quiero que estés aquí a las siete de la mañana.

—Sí señor.

Baje mi saco junto a mi maletín y salí del coche para subir al elevador indique mi piso, recargue mi espalda en en la pared estaba agotado esa reunión absorbió toda mi energía, espere unos minutos y la puerta se abrió en mi piso, arrastrando los pies que ya me pesaban de todo el dia estar parado. Abrí la puerta de mi casa y me parecio extraño no escuchar la televisión o música que era lo que Mariana acostumbraba a hacer.

—¡Amor! — Grité mientras caminaba buscando en la sala o en el comedor pero no había ni una señal de que estuviera. —¡Mariana!

Y seguía sin contestar, subí las escalera para ir a nuestra habitación, pero tampoco lo encontré y me di cuenta que no estaban sus cosas por lo que intuía que aun no llegaba, la sangre me empezó a hervir, mi pecho se sentía obstruido. Conecte mi celular para cargarlo y poder comunicarme o buscar su ubicación de Mariana, ya era demasiado tarde debió de estar aquí desde hace horas.

Lo mejor sería bajar y preguntar a los guardias si lo habían visto entrar, me quité la corbata junto al saco para dejarlo aun lado. Baje las escaleras dirigiéndome a la entrada y comencé a sentirme aliviado cuando escuche voces en la entrada de la puerta, por lo que suponía que mi chico ya había llegado.

Pero la sonrisa que se había formado en mi rostro desapareció al ver a Mariana entrar junto al alfa de ojos cafes que recordaba haberlos visto en su cafetería demasiadas veces de las que a mi me gustaron, fui inmediatamente hacia él tomándolo con fuerza de los brazos cegado por el enojo.

—¿Dónde estabas, amor? Estaba demasiado preocupado creí que te había pasado algo.

Marianan comenzó a reír y en otro momento me encantaría escuchar su linda risa pero estaba enojado. —Es que ya venía al departamento pero tuve un pequeño antojo de helado de yogurt y Foolish me acompañó.

—Pensamos que nos tardaremos muy poco pero comenzamos a hablar y hablar y el tiempo se pasó volando. — Los dos intercambiaron una mirada de complicidad que no me gusto para nada, mi lobo interior quería arrancarle esa boba sonrisa de su rostro a ese alfa.

—¿Por qué mierda llegas a esta hora? — Volví a preguntar por qué no me cabía en la cabeza que se quedara hasta tarde comiendo un simple helado.

—Ya te explique nos desviamos un poco pero todo bien — Hablo confundida Mariana.

—Acaso sabes que hora es, son las nueve de la noche y se supone que Roier era quien te acompañaba ¿quien carajo es este... — El alfa que venía con él me dio un empujo alejándome de Mariana.

—A pesar de que seas su alfa no dejaré que le hables así a Mariana. — Comenzó a defenderlo el alfa que tenía una mirada retadora sobre mi.

—Mariana, dile a tu amigo que se vaya ahora de mi casa.

Trate de controlarme sentía como mis manos temblaban de enojo por la preocupación que sentía de no saber dónde estaba o si estaba herido y que paso todo el día al lado de un alfa que no era yo. —Foolish será mejor que te vayas, después hablaremos.

—No te dejaré solo aquí con este loco.

Pase mi mano por el rostro frustrado porque el chico se estaba metiendo en una pelea de pareja. —Estás molestando demasiado, esta es una discusión entre mi pareja y yo, por favor te pido que te vayas.

—No me iré de aquí sin Mariana, no puedo estar tranquilo si lo dejo contigo.

—Agh... — Me pare frente a él estando cara a cara confrontando. —No te conozco nanda y la verdad es que no me interesa conocerte pero te dejaré algo claro, este hermoso chico que está a mi lado es mi omega y no quiero verte cerca de el por qué no me importara partirte las piernas.

—Crees que me asusta alguien de tu clase que se creen los dueños del mundo y que pueden hacer lo que quieran viendo a todos como objetos.

Comencé a reír por lo que dijo, mi risa se escuchó de una forma oscura y fría, mis feromonas comenzaron a salir tratando de marcar mi territorio. —No me conoces para nada porque creeme que puedo ser mucho peor de lo que creer, por que si ahora mismo no te vas de mi casa llamare a la policía y les pagaré para que ellos te rompan las piernas y yo no me tenga que ensuciar las manos por alguien de tu clase.

El alfa trató de aguantar mi mirada pero después de unos segundos bajó la mirada mostrando que se rindió, salió por la puerta sin decir nada. Gire sobre mi propio eje y después de un gran respiro tome a mi omega en brazos y me senté en el sillón colocándolo sobre mis piernas.

—Me asustaste demasiado, creí que algo te había pasado. —Acaricie su cabello, escondiendo mi cabeza en la curva de su cuello inundando de olor a fresas que tenía.

—¿Por qué hiciste eso? — preguntó Mariana, su voz se escuchaba temblorosa, podía notar en sus feromonas que estaba asustado porque no era dulce.

—Me mentiste, dijiste que irías con Roier.

—No quiero mentirte, Roier se tenía que quedar en la cafetería y Foolish se ofreció pero lo te lo mencioné para que no te molestaras.

—Te vez realmente precioso hoy y más cuando traes mis camisas. — Le di un corto beso en sus labios que tenían un color rosa que los hacía lucir como si tuviera algún labial. — Te quiero demasiado, ¿Qué te dijo el doctor?

—El me di-jo que n-uestro bebé está bien, hoy se escondió muy bien el pequeñín no quería mostrar su carita creo que falto que necesitaba escuchar tu voz.

Mi mano fue a su vientre comenzando darle algunas caricias. —Perdon bebé nunca más volveré a faltar a las consultas, te amo mucho.

Mariana tomó mi mano entrelazando con la suya. —Perdón por mentir, no quería causarte problemas.

—No me causan ningún problema solecito, te quiero demasiado y lo que me molesta es que estés al lado de ese alfa, será mejor que tomes tu distancia con él.

—Si, será mejor que me aleje por un tiempo de él. — Mariana me dio un beso en la mejilla. —Le pedí al doctor que grabara la ecografía para que pudiera ver a tu bebé ¿quieres verlo?

—Claro que lo quiero ver. — Grité emocionado abrazando mas a mi omega.


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Espero que les esten gustando los capitulos, el Slime de esta historia es diferente a las que ya he escrito, tiene una forma un poco oscura y rara de ser toxico, como las camaras en el departamento, el gps o cosas asi. Queria darle un toque algo diferente y espero la historia les agrade.

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