🔥 Capítulo catorce 🔥

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Tres días después, me encuentro saliendo del café luego de hablar con Marlene, explicarle que faltaría por al menos unos días, y desde luego, escuchar cómo parloteaba toda emocionada que iría nada más y nada más de viaje con Asthon.

Claramente no le mencioné el propósito del viaje, sería aún peor.

Veo la camioneta roja en el aparcamiento recordándome una vez más que ahora vivía con el imbécil que había atentado contra mi moto. Insoportable, sin embargo, ahora vivía con él. Había dejado de darle tantas vueltas al tema, de lo contrario, mi vida se convertiría en un completo calvario por su existencia. Lo cuál ya era cierto, no obstante, en algunos momentos era tolerable.

Tomé el aire suficiente para salir del sitio y acercarme a él y a la nena que permanecía dormida en el asiento trasero, para poco después, mentalizarme que realmente iría a mi ciudad.

A la ciudad de dónde había salido con el corazón hecho trizas, con los sentimientos por el suelo. De dónde me había prometido no volver hasta que no me pusiera de los nervios con la simple idea.

Abrí la puerta trasera dispuesta a subirme, en el intento, Asthon me detuvo en un bufido.

—No seas pesada, ¿irás atrás?

Lo miré.

—¿Y que tiene? —hablé, con obviedad— Estaré al tanto de Ainhoa.

Negó con la cabeza cómo sí no pudiera creerselo.

—A ella no le sucederá nada y lo sabes —desafió— Necesito que me digas algunas cosas, mi madre es...curiosa.

Puse mis ojos en blanco, y resignada, me subí en el puesto de copiloto. El moreno puso las llaves en el contacto y poco después puso el vehículo en marcha con una sonrisa que no pudo ocultar en el rostro. No dije nada, apoyé mi cabeza en el asiento mientras veía cómo pasábamos de las calles.

—¿Por qué no quieres ir a la ciudad, a tu casa?

Le lancé una mirada rápida.

—No creo que tú madre pregunte eso.

—No, soy yo quién te pregunta.

Pasé saliva manteniendole la mirada.

—No quiero hablar de ese tema.

Asintió, girando en una rotonda y poco después ya nos encontrábamos en la carretera. Era solo el inicio, y ya mi pecho comenzaba a acelerarse, al mismo tiempo que sentía nervios.

Realmente eran muchas cosas juntas. Y todo por el tonto que permanecía a mi lado, me parecía increíble que realmente estuviera haciendo esto por él cuándo no puedo ni verlo en pintura por cualquier circunstancia.

Justin tampoco lo había comprendido mucho, solo que, está vez, me apoyo, para poco después decirme que si sucedía algo, no dudara en llamarlo que podía venir por mí.

Sabía que lo decía por dos cosas, por Asthon y por mi madre. Esperaba realmente no tener la gran suerte de encontrármela. No quería verla, y sobretodo de verme con Asthon no quería volver a armar un teatro de mentiras.

Muchísimo menos, que ahora tenía una niña pequeña en mi casa.

—¿Y tú hermana sabe que no tenemos nada? —pregunté después de unos segundos.

Después de todo, estábamos en esta situación por ella.

—Tengo que hablar con ella, sólo que no estará en casa estos días —murmuró, poniendo su mano derecha en la palanca de cambios.

Mis ojos subieron distraídamente por su brazo hasta detenerse en un tatuaje en su antebrazo, era un corazón fino trazado por una línea que se conectaba a un coche.

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