Seguía temblando, de los nervios, por llorar, por estar ebria, por haberlo visto, no lo sabía. Sólo ponía tener presente lo último que había dicho antes de irse y perderse en la marea de personas.
Cuida muy bien de Ainhoa.
¿Cómo sabía que Ainhoa estaba en casa? ¿Cómo sabía que tenía una bebé en el departamento y que la habían dejado en el pasillo?
Y si él sabía eso, ¿cómo no sabía quién era Asthon?
Si algo tenían claro, es que él sabía muchas cosas de mí que yo pasaba por alto, y puede que quizás, haya otras que él pase por alto. Sea lo que sea, el haberlo visto, me reinicio completamente.
Murmuro cosas incoherentes que ni yo logro comprender, hasta detenerme de nuevo en el salón de empleados, sacar mi teléfono y con movimientos frágiles y confusos, llamar a Justin.
Supongo que lo consigo facil al estar en favoritos, y supongo que todo sucede rápido cuando él me contesta y yo comienzo a balbucear antes de ponerme a llorar.
—¿Nena? —inquiere, confuso—¿Esta todo bien?
—No...es decir —sorbo mi nariz—¿Puedes venir por mí?
Escucho un silencio en la línea, vuelvo a llorar.
—¿Ha pasado algo? —siento unos pasos, me tenso, sé que no es él, hay alguien más. Todo ocurre demasiado rápido, digo su nombre en murmullos casi imperceptibles.
—Deje la moto en casa, necesito que vengas. —consigo decir apretando el celular contra mis dedos.
—Eso no es cierto, te vi irte en ella, ¿me puedes decir que pasa?
Tengo la respiración acelerada, mis dedos pican, quiero tirarme en el suelo y hacerme un ovillo, y dejar que mi cuerpo drene todo lo que tiene ahora.
Justin pronuncia mi nombre, parpadeo, volviendo a la realidad. Mi cruda realidad.
—Es...Tristán...lo ví, esta aquí.
Por segundos no escucho ni siento nada, solo mi respiración, y poco después un balbuceo de Nhoa a través de la línea.
Supongo que con decir su nombre ha sido más que suficiente.
—Quédate con Marlena, en unos minutos estaré allá.
No respondo, simplemente siento mi cuerpo tembloroso mientras sostengo el teléfono junto a mi oreja, lo aprieto instintivamente contra mi pecho y dejo escapar un suspiro pesado. Necesito calmarme, pero la ansiedad se apodera de mí con fuerza.
—¿Quién es Tristán? —la voz de Ashton me sorprende, y sus palabras resuenan en el aire cargadas de preocupación.
Doy un respingo en el sitio al escuchar su voz, la misma que siempre logra atravesar cualquier barrera emocional que intento levantar. Giro sobre mis pies para encararlo, encontrándome con su mirada profunda y llena de inquietud. Su ceño fruncido muestra la preocupación que intenta ocultar.
Reúno el valor que me queda para responderle, aunque mis manos sigan temblando descontroladamente.
—No... no tengo tiempo para esto. —mi voz suena temblorosa, mis palabras apenas un susurro, mientras desvío la mirada hacia el suelo y me paso una mano por el cabello, intentando contener las emociones que amenazan con desbordarse. Sin esperar más, intento rodearlo para salir de allí, para alejarme de la atmósfera opresiva que parece ahogarme.
—¿Es el mismo que te amenazó en los baños? —la pregunta de Ashton emerge con cautela, como si no quisiera añadir más peso a la angustia que ya me consume.
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Departamento 203
Fiksi Remaja¿Recuerdas cuando fue la última vez que te permitiste sentir? Cuando el destino está lo suficientemente enfrascado en que todo te salga mal, nadie puede librarse. Janine ha pasado toda su vida enfocada en dos cosas: no interesarse en lo que piensen...