provocaciones

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capítulo once

provocaciones

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125 d.c

     Se dice que no existe ningún amor más fuerte de que tiene una madre con su primer hijo, tal como el amor que sintió la princesa Visenya con su primer hijo, convirtiéndose en la adoración de su madre desde el momento que lo tuvo entre sus brazos hasta que dio su último respiro.

—Champiñón.

EL VESTIDO NEGRO SE CIÑE CON PREFECCION A SU CUERPO, con bordados en dorado por todo el pecho y las mangas rojas que resaltan la piel blanca

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EL VESTIDO NEGRO SE CIÑE CON PREFECCION A SU CUERPO, con bordados en dorado por todo el pecho y las mangas rojas que resaltan la piel blanca. No solía usar vestidos por lo incómodos que pueden llegar a ser para situaciones de combate, pero ahora la prenda estaba diseñada de forma que iba a ser fácil de usar en una situación de emergencia. Su madre había pedido que la mayoría de su ropa fuera hecha de esa forma. Se miró al espejo, irradiando su característica confianza al notar que aquel vestido le había quedaba muy bien, abrochando el collar en su cuello y unos anillos en los dedos, amarrando en su pierna su daga, solo en caso de emergencia. 

Sara ayudó a trenzar su pelo, dejando la mayor parte suelto, llevando unas trenzas que se unían a la mitad, ayudando a lucir despreocupada y no como normalmente. Fue casi nostálgico cuando volteaba a mirar a través de el vidrio y la veía a ella en vez de a su madre, golpeándose con la realidad tan fuerte al darse cuenta que estaba muy lejos de su hogar. Y la unica forma que tenia de comunicarse con mi familia era por medio de cartas, que demoraba días en ser respondidas. 

La mujer termina de peinarla, volteando a verla con una sonrisa angelical, sin borrarla mientras aplica maquillaje en su rostro. Desde que Visenya había llegado, fue tan amable desde el primer momento. Por alguna razón había sentido una conexión instantánea con ella, era algo raro que nunca le había pasado.

—¿Has salido alguna vez de Invernalia, Sara? ¿Más allá de el norte?

Ella niega con la cabeza, pintando sus labios—Aunque me gustaría conocer Dorne.

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