Locura y grandeza son dos caras de la misma moneda y se dice que cada vez que un Targaryen nace, los dioses lanzan la moneda al aire y el mundo aguanta la respiración para ver de qué lado caerá.
Visenya Targaryen, la hija "bastarda" de Rhaenyra
La...
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126 d.c
"—Mi madre fue una de las mejores mujeres en su tiempo, muchos hablan de que fue la reencarnación de Maegor el cruel o Visenya, pero no lo creo, ella fue la mejor madre que pudo ser y peleo con fuego cuando no me tenia...
—Maegor II Targaryen"
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FALTANDO POCOS DIAS PARA LLEGAR A INVERNALIA, los nervios de la princesa comenzaron a notarse en mayor grado. Sus dedos maltratados no pasaban desapercibidos por los mas cercanos a ella, al rededor de sus uñas había una fina capa de pieles rojizas, algunas ni siquiera llegaban a sanar.
Pero lo peor llegó cuando Vermithor comenzó a sentirla con mas intensidad y era difícil de ignorar como la furia de bronce volaba en círculos sobre el campamento mientras resoplaba. Todas las miradas se iban directamente a la platinada, quien mientras estaban acampando permanecía en su tienda, negándose a salir hasta que reanudaban el viaje.
Su corazón le latía descontrolado cada vez que volvía a leer la carta de su padre, sus manos deseaban romperla y tirarla al fuego, pero algo dentro de su pecho le impedía, se decía a si misma que entre mas la leía mas rápido iba a procesar su contenido, sin embargo, aquello solo fue el detonante de su ansiedad. Y en cuanto sintió movimiento afuera de su carpa, empuño con fuerza el cuchillo en la mesa, completamente hundida en la desesperación, controlándose para no tomar vuelo hacia desembarco.
—¿Princesa?
La voz del otro lado la alertó, se sentía aturdida y no alcanzaba a reconocer de quien se trataba.
—Ahora no.
Fue lo único que salió de sus labios, tirándose de espaldas en la silla, sin soltar el cuchillo, esperando que la persona se fuera, sin embargo, resopló al ver que la sombra seguía allí y sin aviso alguno, la figura ingresó en su tienda.
