más allá del muro

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capítulo trece

más allá del muro

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125 d.c

De mi sangre viene el Príncipe que fue Prometido y su voluntad será la canción de hielo y fuego.

—Rhaenyra Targaryen.

El molesto ruido de los norteños recogiendo sus casas de campaña me despertó de golpe, mis ojos apenas pudieron acostumbrarse a la luz cuando ya estaba saliendo por las cortinas con tan solo haberme puesto a tropiezos mis botas, ordenando mi cabel...

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El molesto ruido de los norteños recogiendo sus casas de campaña me despertó de golpe, mis ojos apenas pudieron acostumbrarse a la luz cuando ya estaba saliendo por las cortinas con tan solo haberme puesto a tropiezos mis botas, ordenando mi cabello mientras pasaba una mano por mi rostro asegurándome que no tuviera rastros de saliva en mis comisuras. 

La luz del sol no fue nada que me molestara, pero el reflejo del mismo en la nieve casi me enceguece. Maldije al aire en los idiomas que sabía, rogando por más horas de sueño. Mi cuerpo estaba entumecido por dormir en estas incómodas pieles y mi trasero lamentaba las horas a caballo. Odiaba el no haber viajado en un carruaje al menos desde Rocadragón, hubiera sido mas largo el viaje, pero me ahorraba el tener que pasar frío por noches seguidas.

Las primeras personas que pude visualizar conocidas, eran los hermanos Stark, quienes se acercaban con un semblante para nada amigable y aquel empeoró al verme. De inmediato quise volver adentro, pero la voz de mi amiga me detuvo al dar marcha atrás.

—Hay algo importante que discutir. 

No sabia en que momento ella había entrado junto a lord stark a mi carpa, abriéndose paso como en su casa, pero no pude protestar, porque si algo había aprendido estas semanas viajando con ella, era no llevarle la contraria, así que hice lo mas coherente, siguiéndolos adentro, pero no era porque me intimidaba, era porque el frio se hacia insoportable afuera.

Sin ni siquiera haberme sentado en la silla, ya podía sentir su intensa mirada, recorriéndome por completo, su mirada bicolor que me traía intrigada desde que lo noté. Hice mi mayor esfuerzo por arreglar mis ropas al notar que no pensaba dejar de mirarme, peinando levemente mis hebras platinadas con mis dedos y fallando en el intento de hacerme una trenza.

→ 𝐁𝐎𝐑𝐍 𝐓𝐎 𝐃𝐈𝐄 | house of the dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora