capitulo nueve
una muerte anunciada
123 d.c
"Como si no fuera suficiente su desgracia, se enamoró."
—Oscar Wilde.
En la mañana, Rhaenyra había decidido que no iba a volver a Desembarco del rey. Mientras le cosían su herida, podía ver como los maestres examinaban a su hija, la cual estaba mucho mejor, pero su nariz era la única que no habían podido mejorar. No fue hasta que Daemon llegó a la habitación, haciendo que todos se fueran para ir con su hija.
El príncipe se arrodilló a un lado de ella, con una mueca viendo las heridas ya cosidas en su rostro. Poniendo en su lugar el hueso de su nariz, tomando por sorpresa a la menor, quien no alcanzo a soltar ni un ruido para cuando su nariz crujió de nuevo.
—Cada vez te pareces mas a tu abuela —menciona, tocando el tabique de su nariz, viendo el moretón formado en ella —Hiciste lo que debías hacer al defender a tus hermanos.
Ella hace una mueca —Hice lo que cualquiera habría hecho. —murmura, tocando su nariz mientras se ve al espejo, notando que a pesar de estar de nuevo en su lugar, le había quedado torcida —Perdi mi belleza, pero el perdió el ojo, un recordatorio constante de lo que le sucederá si vuelve a llamar a mis hermanos bastardos.
Su madre desde el otro lado de la habitación, enarca una ceja al escuchar aquello.
—Al menos ya no me vas a obligar a casarme con un Lord, porque ya nadie me va a querer así.
El se ríe, negando con su cabeza —Una nariz rota no te hace menos bella, zaldrizes —la toma por los hombros, obligándola a levantarse —Mientras que no te cases con el tuerto Hightower, puedes ser libre de cualquier compromiso.
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→ 𝐁𝐎𝐑𝐍 𝐓𝐎 𝐃𝐈𝐄 | house of the dragon
Fiction HistoriqueLocura y grandeza son dos caras de la misma moneda y se dice que cada vez que un Targaryen nace, los dioses lanzan la moneda al aire y el mundo aguanta la respiración para ver de qué lado caerá. Visenya Targaryen, la hija "bastarda" de Rhaenyra La...