CAPITULO 30

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Nicholas

SUPLICIO.

Estoy con Alexa desayunando en el jardín de la mansión, la compré a los tres días siguientes que ella se había marchado.

La casa ya la tenía en la mira y lo único que podía pensar era en venir a vivirme con ella aquí, el pensamiento de tener una casa juntos se me hacía apresurado por todo lo que el camino hasta aquí había llevado. Pero me importo una mierda y la compré por que tengo el dinero y las ganas.

Alexa está tomando su café helado con un sándwich y levanta la mirada al ver a su amiga venir con Marcus. Ambos se sientan en la mesa haciendo que los empleados les sirvan el desayuno.

—Buenos días.

— Buenos días — les contesta mi mujer con una sonrisa.

Todos comemos hablando de temas triviales, que no tengan que ver con lo sucedido hoy en la madrugada. Tyler se acerca y se queda a una distancia prudente, con la sola mirada que me da, me hace levantar de la mesa.

— ¿Todo está bien?

—Sí, nena.

Alexa asiente no muy segura y sigue hablando con su amiga y Marcus, me acerco a él y me guía adentro la mansión. Al llegar me muestra el teléfono con una llamada de Francia, ya se quien es el imbécil que empieza a joder a buena mañana.

— ¿Que mierdas quieres?

— ¿Que has desayunado Scratch? — se ríe— ¿Tarántulas o alacranes?

Ambas, pero me gustaría más tu cabeza de postre.

Creo que te quedarás sin el gusto — se escucha un golpe seco — Este día iré a ver a mi reina.

La sangre se me espesa, los oídos se me calientan y las ganas de torcerle el cuello al primero que se me cruza aumenta. Domenico solo hace que su estadía en la tierra sea más corta.

— Tú no vendrás a ver ni a tu madre en mi territorio.

Eso ya lo veremos Scratch.

Le cuelgo la llamada viendo a Tyler que se encuentra serio, me voy donde se encuentran mis hombres y les indico las medidas que tienen que tomar para cuidar a Alexa. En las últimas semanas estuve torturando a las ratas de padre e hija, estoy haciendo de su vida en la tierra un infierno.

Domenico creyó qué haciendo que Isabella volviera a las cavernas sacaría información, pero no me conoce bien ya que yo estoy un paso adelante de él. Vuelvo a salir al jardín y veo a la diosa de Alexa reír de algo que dijo Marcus. El día de hoy luce preciosa con un vestido blanco haciendo que su cabello castaño oscuro le caiga en ondas en toda su espalda.

Siente mi mirada y guía su vista hacia a mi, les dice algo a sus amigos y se levanta del asiento yendo a donde me encuentro.

— No sabía que tu pasatiempo favorito era acosarme desde lejos.

— Mi pasatiempo favorito es comerme tu coño, nena — Se ríe queriendo ocultar el color carmesí de sus mejillas.

La adentro a la casa y veo que suena su teléfono sacándolo tensándose en el acto, no logro ver quién le llama y se disculpa cuando la llamada vuelve a entrar. La veo retirarse y con un movimiento de cabeza les indico a mis hombres que la sigan.

Camino por el pasillo largo que se cierne en esta casa, dobló a la derecha y veo la puerta que da al sótano. Bajo las escaleras y una puerta de metal me recibe, la abro con la llave y veo a las dos ratas encadenadas con una barilla de hierro en sus piernas y brazos.

BROKEN © [Libro1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora