Capítulo 10

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   Miraste con cuidado a través de las cortinas observando al Shadow terminar de colocar una cámara en la calle, ¿Qué había que vigilar tanto?

   Te fijaste en los múltiples cables que dejaban en el suelo para controlar por videovigilancia y los maldeciste, si salías de la casa de forma despistada podrías tropezarte, caerte, partir tu cuello y morir. En el peor de los casos.

   De todas formas, no salías, habían pasado dos días desde la toma de Smouw Clait y ahí seguías en el mismo sitio; Ghost finalmente se fue dejándote sola y únicamente pasó Farah para darte comida alegando que tendrían mucho trabajo, pero que trataría de sacar unos minutos para verte, por desgracia, no ocurrió.

   Dos golpes en la puerta te sobresaltaron, miraste con cierta preocupación y te acercaste.

— ¿Sí?— esperas que la persona que está al otro lado te escuche.

— Señorita Ford— no reconoces la voz—, el comandante Phillips Graves requiere de hablar con usted.

— Lo siento, no me encuentro bien— mientes, no querías salir de aquí si era para verle a él.

— Creo que no me ha entendido bien— más golpes hicieron retumbar la estructura, y tus piernas—. El comandante la verá ahora mismo, puede salir ya.

   Miraste la puerta tratando de que eso te llevara sufrir una combustión espontánea y pudieses saltar el dolor de tener cerca las vibras del americano.

   Cómo eso no pasó, te tocó salir y justo entonces, sin tiempo si quiera a cerrar la puerta, el Shadow que había venido a por tí te puso de cara a la pared y te ato las muñecas con una brida.

— ¡¿Qué crees que haces?!— te mueves desesperadamente.

— Allison Ford, queda detenida como sospechosa de terrorismo.

— ¡¿Pero qué coño dices?!— le miras con ira por encima de tu hombro— ¡¿Estás loco?! ¡No tienes derecho para hacer esto!

   Sin importarle tus quejas, el soldado te arrastra hacia una casa lejana a la tuya, la cuál, habían adaptado como si fuese un cuartel.

— ¡Quiero hablar con mi abogado! — te arrastran hacia una habitación— ¡Tengo derecho a una llamada!

— ¡Silencio! — miraste mal al Shadow y después con desdén a la sala.

   Era simple, habían roto la imagen de hogar para convertirla en una sala fría y siniestra, con una mesa amplia con una radio y únicamente dos sillas.

— Siéntate— acatas esa orden y te remueves incómoda por la brida.

— ¿Me pueden soltar?

— No.

— ¿Dónde está Graves? ¿y Price? ¿Sabe de esto?

— Ellos no podrán acudir, así que nosotros somos los encargados de hacer las preguntas.

— No responderé nada sin un abogado— bramas viendo de reojo entrar un segundo Shadow.

— La cosa no va así.

   Miraste a ambos soldados con enfadado y luego la radio.

— Se que estás escuchando Graves, da la cara— gruñes.

— ¡Silencio!— un golpe en la mesa y tus labios sellados en furia e impotencia, no tenías nada que hacer contra ellos de firma física.

    Pero tonta no eras ni un pelo, en una habitación contigua, estaba  Graves escuchando, pero no estaba sólo.

En El Foco [Simon "Ghost" Riley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora