Capítulo 4

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     Una pesadilla te despertó: estabas en Smouw Clait, la gente huía despavorida a tu alrededor de algo, y de repente, en frente tuya, aparecía entre la muchedumbre esa máscara de calavera junto a esa mirada muerta y fría.

   Le estabas empezando a odiar y seguro que él ya lo hacía.

    Te levantaste sola en la habitación del cuartel improvisado que habían montado, estando la cama portátil de Farah totalmente recogida.

   Te preparaste con lo que te había dejado: ropa, jabón sólido y peines desechables. Una vez lista, saliste del cuarto casi tropezando con Riley, quién se sentó en el suelo moviendo la cola al reconocerte.

— Hola, Riley— saludas al animal con voz suave y le dejas oler tu mano antes de acariciarle la cabeza.—¿Qué haces aquí?

   El perro alejó su cabeza y se puso a caminar, sin saber que hacer, lo seguiste hasta una sala. Allí, por desgracia, tú peor pesadilla enfocada en unos informes.

— Buenos días, teniente Ghost— saludaste cordialmente, no recibiendo nada por respuesta, ni siquiera te miró.

    Frunciste los labios y pasaste de él, cogiendo el pack de desayuno que te indicó Farah el día de ayer.

   Cuando lo abriste supiste de que ibas a echar de menos un buen plato de comida. ¿Cómo aguantaban los soldados tomando? ¿Y cuánto iba a durar? ¿Había para todos?

   Planteaste de forma momentánea una situación sobre canibalismo para la supervivencia y sabías que con ellos, serías la primera en ser comida.

   Cuando volteaste, él y los informes ya no estaban. Te dio un escalofrío solo de saber lo silencioso que era, literalmente, como un fantasma.

   Te sentaste dónde había estado él y comiste el desayuno sin sabor, poco después, entró Gaz.

— Buenos días— te saluda primero—, ¿Cómo has pasado la noche?

— Bien— te sentiste extraña ante la pregunta, ¿Qué se supone que debías responder? Estabas aquí en contra de tu voluntad—, ¿Te puedo hacer dos preguntas?

   Kyle se sentó tu lado asintiendo.

—La primera, ¿Qué ha pasado con la gente del pueblo?

— Los que se pudieron salvar ayer están ya fuera del país, los alejamos de Smouw Clait y más tarde el gobierno se encargó.

— Y...— tragaste saliva—¿Cuánto puede durar esto?

— Bueno, pueden ser meses.

— Meses.

— Sí— miró tu cara pálida por la respuesta y se apresuró a hablar—, pero se pasan muy rápido.

    No, no se pasaron rápido. Cada minuto allí era cada vez peor, básicamente estabas sola ya que ellos siempre parecían estar fuera y muy ocupados. Al menos, eran amables, quitando a Ghost, quién parecía no tolerar respirar el mismo aire que tú.

   Los primeros días te resultaron tolerables y fáciles, a la semana, empezaste a desesperarte con una única salida del ejercicio para liberar energía. Dejó de funcionar días después.

   Así que te encaminaste en busca de alguien, te daba igual quién; cómo Ghost estaba descartado del todo, ibas directamente hacia los demás, y ahí, te daba igual.

   Justo, te encontraste con Soap en una sala, este se encontraba recostado en una silla pareciendo descansar.

— Soap, ¿Te pillo ocupado?

En El Foco [Simon "Ghost" Riley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora