En El Foco [Simon "Ghost" Riley]

Capítulo 3

     Ya habías dejado de luchar después de un rato de estar atada en una silla, en una habitación completamente sola, aunque por suerte, sin una bolsa en la cabeza. Te habían quitado tanto tu móvil como tu cartera, lo único habías podido conseguir antes de que la guerra explotase.

— ¿Es ella de verdad?— suena una voz masculina que no reconoces.

— Mantén la seriedad, Kyle— ahí estaba el capitán.

   Entraron los hombres de antes y Farah. Supusiste que el más joven era Kyle, quién estaba tratando de retener una sonrisa al verte.

— Bien, Allison Ford, al parecer lo que dices es verdad— empieza el capitán—, aunque tengo varias preguntas para tí.

— ¿Me pueden desatar? — preguntas con miedo al rechazo o la agresividad —. Juro que responderé lo que haga falta.

— No hace falta ponerse así— empieza mientras Farah va hacia tí y te libera—, perdona nuestra actitud de antes, es una situación complicada.

— Lo entiendo— murmuras.

— Bien, empecemos— el capitán respira hondo—, ¿Por qué viniste a Smeavania?

— Me daban curiosidad todos los rumores de guerra y la falta de información— el capitán pareció perplejo, al igual que la mayoría.

—¿Ves coherente ir a un país así?

— Me dedico a eso.

— ¿Qué pasa con el peligro?— pregunta la mujer.

— He estado en muchos sitios peligrosos.

— ¡Es verdad!— el joven incluye con cierta emoción— Estuvo en Fukushima y-.

— Kyle.

— Perdón— te sentiste aliviada al suponer que era un fan, seguramente él te tratase más suave que el resto.

— ¿Eso es verdad?— la atención se dirige a tí de nuevo.

— He estado en muchos sitios.

— Hay que estar loca— la voz del de máscara rasgó el ambiente como un cuchillo.

— No seas duro, Ghost— Soap reprocha e inspeccionas al supuesto Ghost de forma rápida. Sí, doblando el codo alrededor de tu cabeza podría partirla como una nuez; no ibas a probar eso.

— ¿Y eso te da para vivir?— Farah pregunta algo más curiosa.

— ¿Podemos centrarnos?— El capitán frunce el ceño terminando con esa conversación —, ¿Cómo llegaste al país?

— Cogí un tren de un día hasta la frontera y allí me recogió un coche que mandó el gobierno.

— ¿Dónde te hospedaste?

— En una casa— respondes dudosa.

— ¿Calle? ¿Alguna indicación?

— Todo estaba en otro idioma y me dejaban y recogían en la puerta.

— ¿Eres consciente de que aquí no hay embajada canadiense?

— Lo sé, pero en el país vecino sí.

— Sí, pero han cerrado fronteras debido a la magnitud de la situación.

— Bueno, pero habrá una extracción de civiles, ¿No?— su insinuación empieza a alterarte— El gobierno de este país...

— El gobierno de este país dice que no se hará responsable de tu persona.

— ¿Qué pasa con el gobierno de Canadá?