V E I N T I U N O .

10 2 3
                                    

Capítulo 21

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 21. «Justo como Quiero».

Luz.

¿Por qué ahí tanta luz?

Todo estaba negro, ¿De dónde vino tanta luz?

Quiero moverme y apartarme de la luz, pero no puedo, termino apretando más los ojos.

Quiero colocarme la almohada en mi cabeza.

Trato de tranquilizarme y adaptarme a la luz, no tengo fuerza para apartarme de esta, es por eso que me doy cuenta de que estoy agotado, mi cuerpo está muy cansado para siquiera moverme.

Molesto, todo era irritante, molesto, en especial mi cuerpo que se negaba a moverse, como entumecido y cansado.

¿Qué me pasaba?

No me sentía así hace... Esperen, ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Y dónde estoy?

Abro los ojos despacio, hago una mueca por la luz, todo se ve blanco, completamente blanco, alguien que baje esa luz tan brillante.

Cuando mis ojos se ajustan veo a mi hermano acostado en un sofá, y la luz que estaba viendo era una lámpara.

Entrecierro los ojos, estúpida lámpara.

Termino de darle un vistazo al lugar.

Estoy en un hospital, el ser consciente de ese hecho hace que tenga un escalofrío.

Cuando bajo la mirada veo una intravenosa en mi brazo.

Oh, no. No una maldita intravenosa, no la quiero, no la necesito.

Tome la intravenosa con la mano libre y tire de ella con toda la fuerza que me quedaba.

—Salvien, quieto. —Reconocí la voz de mi hermano, que me sujeto de los hombros.

—No puedo quitarla, ¡Fuera!

—No puedes quitarla, Sal, es por tu bien.

—¡Quítala! ¡No la quiero! ¡No quiero estar aquí!

—¡Salvien! —Esta vez toma mis muñecas para que deje de intentar quitarme la intravenosa.

Cierro los ojos queriendo salir de ahí.

—Quítala, por favor.

Él suspira.

—Salvien, la necesitas.

—No... Claro que no.

Trato de liberar mis manos de su agarre, pero no puedo.

—Al menos suéltame.

—Vas a seguir tratando de quitarte la intravenosa, así que no.

Sigo empujando mis manos tratando de liberarme de su agarre, pero no puedo, vamos, se supone que yo era más fuerte que él.

Fausse NoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora