Notas perfectas, melodías de aves cantantoras, no desentonan ni desafinan ninguna de ellas, que tortura para los que no sean avecillas, porque el resto de nosotros que si desentona en las mañanas, e incluso en las frías noches con las estrellas cons...
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Capítulo 11. «Ni Idea».
Tamborileo con los dedos a la expectativa.
Desquiciada 😾 «Recuérdame por qué estamos haciendo esto».
Alzó una ceja, menos mal fue su idea, porque si de por si ya era difícil convencerla no quiero saber qué hubiera sido si se me ocurría a mí la idea.
«Porque estábamos intentando llevarnos bien».
«Y fue tu idea».
Desquiciada 😾 «Cierto...».
«Entonces a la cuenta de uno...».
Desquiciada 😾 «Dos...».
«Tres».
Desquiciada 😾 «Gelatina».
«Pie de limón».
Desquiciada 😾 «Ahora tengo hambre 🤤🥺😗».
Me rio.
«Y yo no puedo comer eso».
Desquiciada 😾 «😮 ¿Por qué?».
«Dieta por el básquet».
Desquiciada 😾 «Suena horrible».
Es horrible.
«Te acostumbras».
Y es cierto.
Desquiciada 😾 «Y yo ahora no tengo dinero para comer dulces por los dos».
«Ni se te ocurra, serías una traicionera si lo haces».
Desquiciada 😾 «Gracias por darme un motivo para hacerlo».
Dejo salir mi cara de sorpresa y mi primer instinto fue escribir su nombre para gritarlo molesto como en las caricaturas, luego caí en cuenta que no lo sé.
Una pequeña chispa de curiosidad me llena.
«Oye... Acabo de pensar que no sé tu nombre».
Desquiciada 😾 «Vaya, vaya, Salvien, yo no había pensado en eso tampoco, Grives».
Ah, claro y presume que ella sí sabe mi nombre.
«Eres una cruel, nunca me has dicho el nombre».
Desquiciada 😾 «Podés hacer un intercambio, algo que quiera por el nombre».