T R E C E .

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Capítulo 13

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Capítulo 13. «Ella es».

Me desperté temprano para ver el ruiseñor que rescate con Nilla, y aproveche de llevar a Levi conmigo.

—No me creo que hayan rescatado a un ruiseñor. —Trato de ignorar la sorpresa en su voz, aunque es cierto que no es algo mío rescatar criaturas a mí alrededor, aunque me gusten los animales.

Levi acaricia al animal que se frota contra su dedo en busca de afecto.

Yo solo me alzó de hombros.— Fue cosa de ella.

Porque yo no me hubiera dado cuenta del ave malherida por mi cuenta.

—Pues debo decir que tiene buen gusto, es un pájaro lindo, y de raza.

Puedo ver por un segundo como el ruiseñor infla su pecho con orgullo, como si hubiera entendido lo que Levi dijo.

—La verdad sí es lindo.

—No sabías que venías a darle comida a diario...

—No es a diario... Es más cuando me acuerdo, que es poco.

Coloco pequeñas semillas en el muro donde nos recostamos, Levi suelta al pájaro que come tranquilo.

—Deberían adoptarlo.

—Deberían me suena a mucha gente.

—Vamos, apuesto que a ti o a Nilla les haría mucha gracia tener un animalito tan lindo en su casa.

Muy fácil decirlo cuando no tienes que cuidarlo todo el día.

—En ese caso, adóptalo tú, además yo tengo muchas cosas que hacer para vigilarlo durante el día.

Escucho como Levi chasquea la lengua.— Cierto... Sigo pensando que deberías hacer más tiempo para ti.

Yo ruedo los ojos, hemos tenido esta conversación un par de veces, sobre que debería quitar alguna cosa de mi agenda diaria, pero no puedo, por algo tengo todo organizado, para que no pase nada grave, aun así él cree que es demasiado.

—Créeme ya es rutina tener todas esas cosas que hacer.

—Ya... Pero no te queda tiempo para disfrutar, probablemente solo tres o dos horas por semana, incluso en ese tiempo lo usas para hablar por teléfono, ni siquiera en ti, dime, ¿desde cuándo no tocas la guitarra?

Yo suelto un suspiro, admito que extraño demasiado tocar, siempre fue algo divertido que hacer, en lo que relajarme.

—Tú ganas, aunque ya sabes que es normal en mi familia trabajar mucho.

Puedo ver la mueca en su cara.

—Sí, y por eso pudiste hacer tantas tonterías de adolescente.

Dejó escapar un sonido de queja.

Fausse NoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora