Capítulo 1

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Estaban dentro de su auto de aquel entonces, atrapados en un apasionado beso que sólo les incitaba a quitarse la ropa.

Era Yoon Gu quien solía detener la impaciencia de sus manos susurrándole al oído que no era el mejor lugar para hacer esas cosas. Su padre podría salir en cualquier momento para gritarle que entrara a la casa.

Jaekyung soñaba con el día en que ambos pudieran compartir una habitación en esa llamativa mansión.

El atractivo Yoon Gu era un lindo omega con cara inocente, pero que perdía el control cuando estaban en la cama.

Una relación en la que no existía la preocupación por tener bebés porque ninguno los deseaba y ambos disfrutaban del sexo sabiendo que eran la única pareja del otro. Estaban tan enamorados que daban asco y pese a recibir comentarios sobre su supuesto interés, Joo Jaekyung continuaba con su relación. No era que Yoon Gu le gustaba solo por su riqueza y por ser alguien con un futuro asegurado, sino que en serio le gustaba. Amaba cada rincón de su piel, amaba su sonrisa y el tiempo que pasaban juntos. Amaba todo, esa era la verdad.

—Te veo mañana Yoon Gu le sonrió desde la puerta de su casa y le mandó un beso tocando un poco sus labios.

Ante eso, sintió su corazón enloquecer de alegría y...




El llanto de un bebé. El timbre de la casa sonando ininterrumpidamente, el sonido de su alarma en el celular y un pequeño brincando sobre él diciéndole que era hora de ir a la escuela.

Entonces lo entendió. Era uno más de los sueños del pasado, era un recuerdo, un buen recuerdo de cuando alguna vez tuvo una buena vida.

¿Cómo terminó casado con un omega ansioso por formar una familia? ¿Cómo terminó siendo el esposo de Kim Dan? Nunca lo entendería.

Ya ni recordaba la última vez que tuvieron sexo, o la última vez en la que se hablaron con amor.

El duro golpe de realidad consistía en su existencia dentro una vida rutinaria en la que su "Dulce hogar" no era más que un sacrificio matutino todos los días.

Seojin, su hijo mayor, le repetía que quería ir a la escuela.

Con aburrimiento apartó las cobijas de su cuerpo para ir a abrir la puerta encontrándose con una vecina que le pedía que moviera su auto para poder salir de su cochera. Dan tomaba en brazos a la pequeña Yejin que para sus cuatro meses demostraba tener buenos pulmones haciendo ruido por casi todo.

Se deshizó de la vecina molesta. Puso un poco de todo en la mochila de su hijo y esperó en la esquina para verlo partir en el autobus escolar.

Cuando volvió a casa su malhumorado esposo preparaba un biberón y le miraba de reojo como queriendo iniciar una nueva discusión.

—Yejin lloró toda la noche ¿Cómo es que puedes dormir tan tranquilo?

¿Qué demonios? ¿Cuán insoportable podía ser? Para empezar, había sido él quien sugirió tener otro bebé y ahí estaba quejándose de lo único que le correspondía hacer.

Estás discusiones sólo le provocaban hurgar en el pasado y recordar la mejor época de Kim Dan como un médico recién egresado que era innegablemente sexy, atractivo e inteligente.

—Lo siento, trabajé hasta tarde ayer— su trabajo. Gran momento para pensar en él.

No era más que un representante médico mediocre que iba de consultorio en consultorio soportando doctores arrogantes que en ocasiones le negaban la entrada.

Donde todo comenzó (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora