Capítulo 8

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No era estúpido, de echo pensaba que tenía un par de adjetivos que le iban mejor.

Por eso observaba la forma en que su abuela se ponía incómoda cada vez que Heesung llegaba a la casa. Ellos habían hablado demasiadas veces sobre sus sentimientos, explicó una o quizá cinco veces que en verdad estaba preparado para una relación. Su abuela decía que el problema no era la relación, sino el tipo de confianzas que su pareja se tomaba, insistía con que había algo extraño en él que no podía explicar, hablaba sobre otro muchacho sin recordar su nombre.

"Dan, pero ¿Qué pasó con el otro muchacho? ¿Por qué dejo de venir?"

Se lo preguntó durante varias semanas y él se fue planteando la posibilidad de que no sólo la salud física de ella se estuviera deteriorando, sino también la mental.

—Y para usted abuela, sus fideos favoritos— Dan sonrió, en serio era tan afortunado de tener a alguien como Heesung que pese al rechazo y las malas caras que veía por parte de ella, insistía con la idea de entrar en su corazón.

—No tengo mucha hambre.

—Vamos abuela, tiene que comer, casi no come, por eso después le duele el estómago.

—Anda abuela come, aunque sea poquito— él la animó también y entre los dos pudieron convencerla—. Serviré la limonada— cuando intentó ir a la cocina por la jarra y los vasos, Heesung le detuvo por el hombro y con sonrisa amable, se ofreció para hacer eso también.

—Detesto que entre a mi cocina— murmuró la abuela que se llevaba los fideos a la boca de mala gana—. ¿Qué invadirá después? ¿Mi habitación?

—Abuela, él sólo intenta ser amable.

—Que vaya a ser amable a su pueblo.

—Abuela.

—¡Y aquí está la limonada! — Heesung no le permitió siquiera tomar su propio vaso, le alejó la mano cuando hizo por agarrar uno y le dio otro para entregarle el primer vaso en cuestión a la abuela. No había dudas que era un obsesionado con la amabilidad y extrañamente, cada uno de esos detalles le hacían sonreír.

Cuando terminaron, la abuela tomó sus cosas para salir, dijo que debía hacer unas compras y ellos dos quedaban a cargo de la limpieza.

Dan tomó el plato de su abuela y lo miró con una expresión triste, ella apenas si comió. Tal vez tenía mal sabor, pensó. Y por eso tomó una cuchara para probarlo.

—¡No comas eso! — Heesung le arrebató la cuchara sacándole un buen susto—. Quiero decir... ¿Puedo llevarme esto para mi perro?

—¿Tienes un perro?

—Sí. Se llama Kyungsoo.

—Que nombre tan raro.

—Es por un actor que le gusta a mamá.

—Quiero conocerlo pronto.

—Te lo presento después— bajo su atenta mirada, Heesung colocó la comida dentro de una bolsa.



Ya por la noche mientras dormía, empezó a escuchar quejidos y el llanto de su abuela.

Ella solía ocultar cuando se sentía mal con la intención de no preocuparlo, pero esta vez estaba haciendo tanto ruido que más bien parecía desear que la escuchara.

—¿Qué tienes abuela? — ella se retorcía entre sus sabanas y estaba empapada en sudor.

—Mi niño... agh, ng... me siento tan mal.

Donde todo comenzó (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora