Capítulo 18 (Final)

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—Tienes 4 semanas de embarazo— su abuela a su lado sonrió emocionada. Tomó su mano para animarlo y él bajó la mirada hacia su vientre y luego lo tocó recordando a Jaekyung.

Iba a tener un bebé, suyo y de Jaekyung. Era una noticia mejor de la que esperaba, pero entonces... ¿Por qué estaba tan triste?

Salió del hospital con su abuela que no había tenido una crisis desde el velorio de Jaekyung, cada dos o tres días llamaba a la policía para saber si habían dado con el paradero de Heesung, pero no le tenían ninguna novedad.

Debido a que era una tarde calurosa se sintió mareado y su abuela siempre tan detallista lo ayudó a sentarse y trajo para él un jugo de arándanos.

—¿Cómo te sientes?

—Es inesperado abuela.

—Lo sé.

—Jaekyung hubiera estado feliz.

—Eso también lo sé.

Dio su mayor esfuerzo para no llorar, hizo de todo para contenerse y ser capaz de reprimir su tristeza. Nada funcionó, acabó llorando y provocó que su abuela tuviera que acercarse a él y abrazarlo para sentir que no estaba solo.

—Abuela... Desearía que Jaekyung estuviera aquí conmigo.

—Lo sé mi niño, ya no llores.











*      *      *

Sus ojos se abrieron con mucha pesadez.

Fue una sensación conocida, esa horrible sensación en la que apenas si podía moverse. Las cortinas se movían como consecuencia de una ventana abierta que dejaba entrar el viento frío.

Mierda, se estaba congelando. Tenía muchísimo frío, así que como pudo, dejó la cama y cerró la ventana.

—Vaya, que sorpresa. Al fin alguien deseó que estuvieras vivo.

Se paralizó al verse a sí mismo entrando en la habitación, no fue capaz de caminar para volver a la cama y se quedó mirando al Jaekyung frente a él que sostenía una bolsa de papas fritas.

—¿Qué..?

—Soy yo, Jaekyung. Yo soy tú, y tú eres yo... o algo así.

—¿Estoy alucinando?

—Ojalá fuera eso, pero no. Siéntate, anda con confianza. Tienes un mes en el limbo de tu conciencia, bueno... soy tu conciencia. Tú entiendes.

—No. No entiendo nada.

—Moriste, pero fue tan injusto que algo superior y mágico te ha dado la oportunidad de volver, estoy aquí para guiarte, soy la suma total de tus experiencias, ya sabes.

Si estaba alucinando ¿No?

Entre una pronunciada dificultad para caminar y una confusión mental inmensa abrió la puerta de la habitación para asomarse fuera de ahí. No encontró un hospital, encontró una tormenta de nieve y un escenario cubierto de blanco que menos pudo entender.

—¿Qué demonios?

—Soy una representación de tu consciencia, te ayudaré a elegir. ¿Crees que estés preparado para un recorrido por cada una de tus vidas?

—¿Qué?

—Vamos, sólo tienes que decir sí o no.

—Entonces... sí— al decir esto aparecieron en un cuarto obscuro en el que había tres pantallas enormes, él estaba usando una bata de hospital y con los pies descalzos, su otro yo vestía sus prendas típicas cuando estaba en la universidad y lo obligó a mirar las imágenes que se reproducían en las pantallas.

Donde todo comenzó (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora