¿𝓓𝓮𝓼𝓮𝓸𝓼 𝓒𝓻𝓾𝓮𝓵𝓮𝓼?
ᴅᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʟᴀꜱ ᴄᴇɴɪᴢᴀꜱ ᴠᴇɴᴅʀÁ ᴍɪ ᴘʀɪᴍᴏɢÉɴɪᴛᴏ. ꜱᴇÑᴏʀ ᴊᴜꜱᴛᴏ ᴘᴀʀᴀ ʟᴏꜱ ʜᴏᴍʙʀᴇꜱ ᴀ ʟᴏꜱ Qᴜᴇ ɢᴏʙᴇʀɴᴀʀÁ.
Rhayshera es el fruto de aquella noche de pecado entre la princesa Rhaenyra y el príncipe Daemon. Enviada a los peldaños de p...
Siete meses después de aquella boda espontánea entre la princesa Rhaenyra y el heredero de la casa Velaryon, vino a este mundo una nueva princesa. Con la piel blanca como la leche, el océano en los ojos, el cabello color nube y una marca de nacimiento algo peculiar.
Algo similar a la aleta de un dragón reposaba algunos centímetros debajo de la zona íntima de la recién nacida. La marca comprobaba quién era su verdadero progenitor, pero eran contados los que conocían aquella procedencia.
—Es una niña, majestad —le informo una de las criadas a la actual reina—. Una hermosa princesa.
—Ayudemos a los padres a buscar un nombre —respondio. Una parte de la Reina Alicet quería ir y cuidar de la primeriza madre y su primogénita, pero la otra… la egoísta y ambiciosa está feliz de que no hubiera una verga nueva en el palacio—. Tráeme unos libros de la biblioteca.
—Creo que no será necesario, majestad.
—¿Porque?
—El Rey, en persona a nombra a la princesa —informo la sirvienta. Alicet la miró impaciente—. Su nombre es Rhayshera en honor a la reina muerta.
Aquello fue como una pedrada para Alicet, cómo se atrevían a llamar por el segundo nombre de la difunta reina Aemma era sin duda un insulto para ella.
Muchos en el palacio y en la junta real, no estaban emocionados porque la sucesora de la actual heredera hubiera sido una niña, pero a diferencia de ellos el Rey Viserys adoraba ya a su nieta.
[...]
La sangre llama dijeron los antiguos profetas.
Cuando el Príncipe Daemon comprobó sus sospechas, idolatro a la niña con regalos y atenciones con cada visita. Pero claro omitiendo su verdadero parentesco, pues había conseguido un buen matrimonio con Lady Laena Velaryon con quién engendro dos hijas, ninguna tenía la belleza de Rhayshera, ni la fuerza que poseía con solo 11 años.
—Sosten la espada con fuerza. Que tus manos no tiemblen a la hora de atacar —ordeno Daemon a la niña. Con la intención de protegerla le enseño a escondidas como usar una espada, cuchillo y lanza.
La educación indicada para Rhayshera era sobre etiqueta y costura, pero eso no le sirviria de nada cuando su vida estuviera en riesgo en un mundo de víboras que se arrastraban en dos pies.
