Capitulo 09. ♟️

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Rhayshera.

Desperté de un salto, con el corazón palpitando fuerte en mi pecho

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Desperté de un salto, con el corazón palpitando fuerte en mi pecho. El sueño había sido profundo, pero algo -o alguien- me había arrancado bruscamente de él. La habitación estaba a oscuras, apenas iluminada por los primeros rayos de sol que se filtraban por las ventanas.

Sentí una mano ligera en mi hombro y, sin pensarlo, me levanté de la cama, deslizándome con la poca agilidad que me permite mi cuerpo adolorido. En un movimiento fluido, desenfunde la daga que acostumbro guardar bajo la almohada y logró tomar al intruso por la espalda, amenazandolo con la daga sobre su cuello.

—¡Princesa deténgase, soy Missandei! —exclamó una voz temblorosa.

Sus ojos estaban muy abiertos, llenos de terror, y sus manos alzadas en un gesto de rendición. Bajé la daga de inmediato, sintiendo un poco de vergüenza por mi reacción.

Pude matarla si ella no hubiera hablado a tiempo. La sensación perturbadora del peligro constante, había agudizado tanto mis reflejos hasta el punto que mi primera reacción era la de atacar aún sin saber de quién se trataba.

—No quería asustarte. Simplemente... me sorprendiste —dije, guardando la daga y tratando de calmar mi respiración, sentándome de nuevo en la cama.

Ella asintió rápidamente, aún con una expresión de susto en su rostro.

—Lo siento, Princesa. No quise despertarla de esa forma. Es solo que… Me ordenaron ayudarla a vestirse y avisarle que pronto todos partirán al bosque para la casería.

—¿Quién te dio la orden?

—La Princesa Rhaenys me envió —respondió Missandei, bajando lentamente las manos y sacándose del pecho un pañuelo color azúl donde guardaba el emblema de la casa Velaryon—. También por órdenes de Lord Corlys.

Me relajé un poco al escuchar sus palabras.

—¿Quiere que le prepare la tina?

Mire los vendajes en mi pierna, una mancha de sangre fresca comenzaba a notarse.

—Si. También necesitaré vendajes limpios y más pomada para poder curarme.

—En seguida, Princesa —asintió dando la vuelta con rumbo al baño. Me recosté de nuevo y me pase las manos con frustración sobre mi rostro y cabello.

Debo tratar de mantenerme tranquila, no siempre van a querer matarme.

—Maldición —exclame al sentir algo caer aún lado mío. Me incorporo de nuevo, encontrándome con un gato de color negro y ojos amarillos que se retorcia sobre mis sábanas—. Si no me matan por una espada seguro que si de un susto.

Deseos Crueles || Aemond Targaryen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora