¿𝓓𝓮𝓼𝓮𝓸𝓼 𝓒𝓻𝓾𝓮𝓵𝓮𝓼?
ᴅᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʟᴀꜱ ᴄᴇɴɪᴢᴀꜱ ᴠᴇɴᴅʀÁ ᴍɪ ᴘʀɪᴍᴏɢÉɴɪᴛᴏ. ꜱᴇÑᴏʀ ᴊᴜꜱᴛᴏ ᴘᴀʀᴀ ʟᴏꜱ ʜᴏᴍʙʀᴇꜱ ᴀ ʟᴏꜱ Qᴜᴇ ɢᴏʙᴇʀɴᴀʀÁ.
Rhayshera es el fruto de aquella noche de pecado entre la princesa Rhaenyra y el príncipe Daemon. Enviada a los peldaños de p...
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—¿Cómo estuvo la cacería?
—Salvaje —responde Lucerys, tomando varios trozos de pan, para Viserys y Aegon—. Daemon fue increíble. Solo nosotros matamos cinco cerdos.
Decidimos desayunar en nuestra tienda, o bueno mi madre ordenó que así fuera. Realmente no me importa mucho perder la convivencia con las demás casas, al contrario deseo que esto termine pronto.
Todos partiremos a King 's landing al medio día pero el torneo termina hasta mañana.
—En realidad eran seis —lo corrige Jacaerys.
—¿Y qué pasó con el otro? —cuestiono.
—Se escapó pero Daemon fue tras él. Seguramente lo están sirviendo en el almuerzo —continua Lucerys.
—Si yo hubiera estado ahí no habría escapado —asegura Baela—. No le habría dado la oportunidad.
Jacaerys y Lucerys asienten, mientras yo trato de robarle unas cuantas uvas a Joffrey. Lo nota pero solo sonríe y yo lo hago de vuelta.
Desayunar con ellos es extraño. No es que extrañe desayunar entre bárbaros y salvajes, o pescado casi todos los días pero es extraño tener a mis hermanos a mi lado y ver cuánto me he perdido.
Joffrey solo era un bebé de meses y ahora es una garrapata que se niega a perderme de vista. Jace y Luke pronto también van a casarse, un hueco enorme me azota el estómago con la idea de ver a sus mini copias. Seguramente serán tan bellos como ellos y sus esposas.
—¿Cuando el cumpleaños del abuelo terminé, irás con nosotros a casa? —me cuestiona Joffrey sacándome de mis pensamientos. Tiene la boca llena con frutas y los ojos bien abiertos.
—No.
—¿Tendré que esperar años para verte de nuevo? —su desilusión es notoria.
—Oye no te pongas así —le levantó el rostro para que me vea. Sus ojos se han puesto tristes—. Te contaré algo pero es un secreto. No puedes decirle a nadie aún ¿Entiendes?
Asiente.
Me inclino hasta su oído y le susurro.
—Voy a casarme —sus ojos vuelven a abrirse de sorpresa. Copia mi acción y junta sus manos sobre mi oído.
—¿Con Edmund?
—No con Aemond —seguimos susurrando. Lucerys lo nota y entrecierra la mirada en nuestra dirección—. Y le pediré vivir en Marcaderiva.
