Capítulo 8 "Sin Vergüenza"

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Alessandro había ignorado por completo a la princesa, sin embargo, ella seguía siendo una princesa y debía ser tratada como tal, en ningún momento él había ordenado eso.

Un pequeño recuerdo llegó a la mente de Alessandro, él la había castigado y la había enviado a ese lugar como un castigo, sin embargo, eso había sido sólo temporal.

Alessandro cubrió su rostro con sus manos, él nunca dijo cuánto tiempo iba a estar la princesa en ese lugar y como nadie había vuelto a mencionarla se había olvidado por completo de ella, él la miró detenidamente.

Ella iba vestida con un sencillo vestido blanco que le llegaba hasta las rodillas, aquel vestido no tenía ningún adorno, ni siquiera los sirvientes vestían de aquella manera, la princesa llevaba sus pies descalzos, lo mismo había pasado antes, él pensó que era por la extravagancia de la princesa, sin embargo, algo le hizo pensar que no era de esa manera.

- ¿Me estás diciendo que llevas tres años viviendo en este lugar sin la ayuda de ningún sirviente? -

- Si. -

- ¿Por qué nunca dijiste nada?, ¿Por qué nunca te quejaste? -

- ¿Porque lo haría?, y aunque lo hiciera quién me escucharía, su majestad me dejó en claro que no quería verme, solo hago lo que su majestad quería. -

- Yo no...

Abril le puso la ropa sobre la cama y le dijo...

- Lo siento, pero no hay más ropas que puedas usar en este lugar así que tendrá que usar sus ropas, en verdad están limpias, yo misma las lave, aunque las manchas de sangre no
desaparecieron. -

En ese momento Alessandro sintió pesar por la princesa que tenía enfrente, aunque él no sentía simpatía por ella debido a todo lo que hizo su familia, sintió pesar por vivir de una manera tan difícil durante tantos años.

Alessandro tomó la ropa y retiró la sábana con la que estaba tapado, hasta ese momento él no se dio cuenta que estaba completamente desnudó, su cara se tiñó de rojo y le preguntó.

- ¿Quién me quitó la ropa? -

- Fui yo, ¿Hay algún problema? -

- ¿Acaso no tienes vergüenza? -

- ¿Por qué debería de tenerla? -

- Quitaste toda mi ropa. -

- ¿En verdad debería tener vergüenza por eso? -

- Eres una desvergonzada, sal que voy a cambiarme. -

- ¿No quiere que le ayude? -

- No, ahora sal. -

Abril salió de la casa, Alessandro se levantó para cambiarse, en eso ella volvió a entrar y asomar su cabeza por la puerta viéndolo completamente desnudo, ella no se inmutó ni sintió vergüenza alguna y como si nada le pregunto.

- ¿Su majestad está seguro que no quiere que le ayude a vestirse? -

Alessandro se cubrió con sus manos y le gritó.

- No, vete y cierra la puerta. -

- Como desee. -

Alessandro nunca había tenido tanta vergüenza en su vida, que educación había tenido la princesa como para ver a un hombre completamente desnudo y no inmutarse.

Abril esperó pacientemente a que Alessandro se cambiara y se preguntó qué había hecho ahora para que su majestad estuviera tan molesto.

Alessandro salió de la casa, le costaba un poco caminar, se sentía mareado y su cabeza daba vueltas, Abril lo sujeto ya que estaba a punto de caer y le dijo.

- Lo ayudaré a llegar hasta el palacio. -

Alessandro no se encontraba en posición de rechazar su ayuda así que no dijo nada y se apoyó en su hombro para no caer.

Mientras caminaban, Alessandro vio que la princesa llevaba los pies descalzos y le preguntó.

- ¿Por qué no usas zapatos? -

- Solo tengo un par de zapatos y me van pequeños, lastiman mis pies, prefiero no usarlos. -

Alessandro se sintió miserable, como esposó no le había proporcionado lo necesario a su esposa, aun cuando él la odiaba no quería ser visto como un hombre tacaño que deja que su esposa viviera como una pordiosera.

Alessandro se apoyó en el hombro de su pequeña esposa hasta llegar, al palacio y encontrar a unos guardias, cuando ellos vieron al rey pálido y con las ropas manchadas de sangre corrieron a auxiliarlo.

Abril se hizo a un lado mientras veía cómo se llevaban al rey, cuando Alessandro se giró para mirar atrás ella ya no estaba, había desaparecido como un fantasma.

Después de que el médico atendiera a Alessandro él mandó a llamar al mayordomo y le preguntó.

- ¿Sabías que durante todo este tiempo mi esposa ha estado viviendo por su cuenta olvidada en una pequeña casa en la parte más alejada del castillo? -

- Por supuesto que lo sabía su majestad, le recuerdo que ese fue el castigo que usted escogió para la princesa cuando atacó a la señorita Victoria. -

- Yo dije que la llevarán a ese lugar, pero no que la dejarán ahí para siempre, solo debían dejarla a lo mucho un mes para que meditara sobre lo que hizo. -

- Su majestad no dijo nada sobre eso y tampoco volvió a preguntar por la princesa. -

- Ordena que la traigan devuelta, también que le den vestidos nuevos y zapatos cómodos. -

- Como ordene su majestad. -

Abril estaba trabajando en su huerto cuando el mayordomo se acercó a ella y le dijo.

- Princesa, ¿Qué estás haciendo? -

- Trabajando en mi huerto. -

- Ese no es el comportamiento digno de una princesa. -

- ¿Entonces quieres que me siente en mi habitación esperando a morir de hambre? -

- Por supuesto que no, por eso se, le trae comida a la princesa cada día. -

Abril no pudo evitar reírse ante las absurdas palabras del mayordomo y le dijo.

-Desde que estoy viviendo aquí solo una vez me dieron una cesta con comida y eso fue hace tres años, desde entonces no he vuelto a ver a ninguna de las sirvientas, tampoco me han traído comida, si no busco mi propia comida moriría de hambre, ¿Acaso el mayordomo quiere que muera de hambre? -

El mayordomo quedó estupefacto, aunque la princesa había sido enviada a esa parte alejada del castillo él había ordenado a las sirvientas que se encargarán de darle comida a la princesa, era inaudito que ella hubiera estado viviendo peor que uno de los
sirvientes cuando era una princesa.

El mayordomo miró a una de las sirvientas que le había acompañado y preguntó.

- Es eso cierto? -

- No lo sé señor. -

- Hablaré con la jefa de sirvientas después, más les vale que no sea cierto lo que la princesa está diciendo. -

Abril se sintió molesta, el mayordomo no creía en sus palabras, ella siguió quitando las malas hierbas de su huerto.

- Princesa deje eso y acompáñeme por favor. -

- ¿A dónde? -

- Su majestad quiere que vuelva al palacio. -

Abril recordó el primer año que había vivido en el palacio, encerrada en su habitación congelándose en el invierno y muriéndose del calor en verano, ella siguió cortando las malas hierbas y dijo.

- No quiero, dígale a su majestad que prefiero vivir aquí. -

- Pero princesa su majestad...

- No pienso moverme de aquí, por qué no olvidan que estoy en este lugar como lo han hecho hasta ahora, déjame tranquila. -

Esposa Olvidada (Lazos De Sangre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora