HUGO
Colgué la llamada de inmediato y salí corriendo lo más rápido que pude hacia el coche.
No me podía creer que le pasase eso.
No se lo merecía, ella era una buena persona con todos, ¿quién tendría el valor de hacer algo así?
De los nervios que tenía me costó un poco arrancar el coche pero a la segunda vez intentando meter la llave lo conseguí, la giré y lo arranqué tan rápido que parecía que estaba en una carrera contrarreloj. Puse el móvil en el coche junto a la ubicación que me había pasado y me di toda la prisa que pude.
Llevaba un rato conduciendo y seguramente me hubiese saltado demasiadas normas de tráfico y algún que otro semáforo pero en ese momento todo me daba igual, no estaba preocupado por si me llegaba alguna multa a casa, lo único que quería era llegar a donde estaba ella y asegurarme de que todo estaba bien, asegurarme de que estaba a salvo conmigo y que nadie más le volviese a hacer daño.
Tenía unas ganas locas de saber quién había sido el cobarde que le había hecho eso.
En cuanto llegué donde me decía la ubicación, vi que era un callejón sin salida y que ahí estaba ella, tirada en el suelo en una esquina y apoyada como podía en la pared. Me bajé del coche a toda prisa, no saque ni las llaves y fui corriendo en su dirección, cada paso que iba dando se me partía más el corazón de verla en ese estado. Me tiré al suelo junto a ella y la recosté sobre mí para que estuviese lo más cómoda posible, debido a como estaba físicamente. Mi corazón se acabó de partir en cuanto vi que estaba llena de heridas y moratones, en ese mismo instante me entró un pánico terrible en el cuerpo.
- Lucía por favor dime qué estás bien - susurré casi soltando un pequeño sollozo - solo dime eso.
- Estoy bien, solo quiero irme a la residencia a descansar un poco y recuperarme.
- Yo te llevo, déjame ayudarte por favor.Claramente ella no rechisto ni un momento, ella sabía que tenía razón y que se tenía que dejar ayudar, que no iba a poder ir caminando sola hasta allí.
La monté en el asiento del copiloto del coche y le puse el cinturón con mucho cuidado de tocarla lo menos posible. No quería que se sintiese incómoda después de lo que le había pasado.
Me subí y volví a arrancar para poner rumbo de vuelta a la residencia. Me sabía ese camino bastante bien ya que yo estuve estudiando también allí y iba cada día con mi coche.
En todo el trayecto no podía apartar los ojos de Lucía, también iba mirando de vez en cuando a la carretera, pero en ese momento la carretera no era mi prioridad, me tenía más preocupado ella, pero en cambio ella solo miraba por la ventana sin decir nada, sé que estaba preocupada pero no lo iba a decir, siempre se lo callaba todo, cada vez me daba más cuenta, y en un instante, en el aire se instaló un silencio, pero no era un silencio incómodo sino todo lo contrario, era un silencio pacífico. Supongo que nos habíamos acostumbrado tanto el uno al otro que no nos importaba quedarnos en silencio en un trayecto largo. No se nos hacía incómodo.
Pero yo igualmente para relajar un poco el momento puse la radio y empezó a sonar la canción favorita de Lucía, me acuerdo perfectamente que la puso hace un par de veladas junto al mar, donde le organicé una cena en un mirador. La canción se llamaba The Village, y la verdad que es una canción preciosa a mi parecer, tenía gustos parecidos a los míos, aunque ella al principio se pensase que éramos totalmente diferentes en el fondo no lo éramos tanto.
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Todo se acaba, o no...
RomanceUna chica llamada Lucía pone rumbo a un viaje que le hará o no cumplir su sueño, del que ella lleva intentando conseguir, toda su vida. Es una persona sensible, que le gusta leer y escuchar un tipo de música en concreto. En cambio Hugo es totalmente...