27. epílogo

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10 años después...

- ¡Unai, ayuda a tu hermana con los deberes por favor!  - Dijo Hugo intentando que le hiciesen caso.
- ¡Que ya voy papá, espera que acabe de poner los coches en carril para luego jugar!

Yo los observaba muy atentamente desde la cocina con una amplia sonrisa en mi rostro mientras preparaba la merienda, habíamos conseguido formar una familia después de todo.

Nos casamos el día 17 de julio de hace unos cuantos años, quisimos hacerla en verano ya que nos gustaba la idea de casarnos en la playa. Todo blanco y beige las flores color rosa palo... fue una boda por todo lo alto y en cuanto a los invitados estuvieron nuestras respectivas familias y nuestros amigos. Mi dama de honor sin ninguna duda fue Elsa, la quería lo más cerca de mi ese día tan especial y así fue. Tiempo después sin esperarlo, nos dimos cuenta de que estábamos esperando un bebé. Algo que siempre habíamos querido era poder formar nuestra pequeña familia, así que sin pensarlo mucho decidimos tenerlo. Nos comunicaron los médicos que iba a ser un niño, y nosotros estábamos de lo más felices, teníamos clarísimo cuáles serían los nombres de nuestros hijos, y más si fuese un niño. Unai. Ese ha sido el nombre de nuestro primer hijo, un niño que ya tiene siete años. Seguidamente unos años después de que naciese Unai, me quedé embarazada de mi segundo y último hijo, esta vez era una niña preciosa que se llamaba Mía. Unai se parecía muchísimo más a mí, sus ojos eran idénticos a los míos, y su nariz respingona estaba claro que era heredada de mi parte, en cambio Mía era calcada a su padre, tenía su misma sonrisa y el mismo color de pelo, estaban hechos tal para cual.

Ahora mis dos criaturitas ya tenían siete y cinco años, se llevaban de maravilla y daba gusto verlos jugar juntos, además y no por ello menos importante, quisimos adoptar un perro pequeño llamado Juls, ya que era un Golden Retriever de color amarillo blanquecino, y porque ese era el nombre de mascota favorito de Elsa, entonces así me acordaría siempre de ella. Hablando de Elsa, estamos más unidas que nunca y nos vemos todos los días que podemos, además le encanta venir a casa y pasar rato con nosotros y nuestros hijos.

Ya centrando mi mente de nuevo en lo que estaba haciendo y acabé de preparar sus meriendas, hice crepes de chocolate con un poco de frutas, un postre que no puede faltar en casa porque les encanta.

Me fui dirigiendo a la mesa poco a poco donde se encontraban Unai y Mía sentados. Hugo había conseguido que el hermano mayor ayudase a su hermana con los deberes, y se le podía notar en la cara que no había sido fácil. Les serví la merienda a los dos mientras depositaba un beso en la frente de ambos y los dejaba merendar. Seguidamente me dirigí hacía mi marido.

SI. Ya lo podía llamar marido.

Le di un fuerte abrazo y nos dirigimos al sofá para poder sentarnos un rato después de ese agotador día. Nos acurrucamos los dos juntos en una esquina del sofá y nos echamos una gran manta de color gris por encima, y de repente se me quedó mirando por unos instantes.

- Estamos criando unos hijos preciosos Lucía. - dijo él sonriéndome a la vez que me miraba fijamente a los ojos.
- Lo sé, somos muy afortunados los dos. - respondí yo, y nos quedamos los dos mirando a nuestros hijos a la vez que se nos salía una pequeña sonrisa.
- Te quiero. - me susurró él.
Éramos felices. Muy felices.

No podía dejar de pensar en la suerte que había tenido de poder coincidir en mi vida con Hugo, nunca me hubiese imaginado que se convertiría en una persona tan especial como la que era ahora mismo y menos que llegase a casarme con él y que fuese mi marido. Y mis hijos... siempre quise, y quería tenerlos con la persona correcta y así fue. No los podía haber tenido con otra persona mejor que él, éramos inseparables, había sido el destino. Todo era muy mágico, por fin había cumplido mi sueño de ser actriz, él seguía en su antiguo trabajo como oficial de policía, habíamos conseguido después de mucho tiempo comprar una casa preciosa, y además habíamos tenido dos hijos de los que estaba muy orgullosa.

Eso es para que veáis que hay veces que dicen, que todo se acaba, o no...

Todo se acaba, o no...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora