26. alianzas

12 0 2
                                    


Pasaron los días después de mi graduación y yo era la chica más feliz del mundo después de eso. Empecé a presentar un montón de curriculums a diferentes agencias de cine y me aceptaron para hacer entrevistas en casi todos. Entre los diferentes papeles que conseguí, logré el papel protagonista en la segunda parte de una película bastante famosa de la cual hasta que se grabe no puedo desvelar su nombre, pero me hacía muchísima ilusión participar. Otra cosa buena que había pasado estos días es que, Hugo me había pedido salir formalmente, ya éramos pareja y éramos los más felices del mundo. Nos pasábamos los días juntos e incluso íbamos de vez en cuando a su casa a hacer planes por la noche. Me lo pidió una. noche estando en su casa, eran casi las diez de la noche y estábamos en su cama tumbados viendo mi película favorita, Rapunzel, y justo en la escena más especial de toda la película me lo pidió. Y fui la chica más afortunada del mundo.

Comenzar a trabajar de actriz, fue de las mejores decisiones que había tomado en la vida y lo supe compaginar a la perfección con mi relación sentimental.

Una tarde acabé de trabajar tarde, bastante cansada, era casi de madrugada y hacía mucho frío esa noche, y lo único que quería era ponerme en calor y dormir. Dormir mucho. Estaba agotada, ese día habíamos rodado una escena que trataba sobre un robo y me había dejado agotada. Eso sí en cuanto llegue a casa no me esperaba semejante sorpresa.

Entré por la puerta, cerré y en cuento me di la vuelta y me fijé, vi como en el suelo habían pétalos de rosa, color rojo, formando una especie de camino. Lo seguí y este me dirigió hacia nuestra habitación. Me esperaba de todo menos algo así, ya que Hugo no es mucho de dar sorpresas así que dude unos minutos en que fuese él quien lo hizo. Continué caminando y vi que las flores cesaban justo en la puerta de la habitación en la cual había un pequeño papel que ponía que este era el comienzo de una vida juntos. Abrí la puerta y encima de mi cama había una preciosa cesta de mimbre llena de chocolate y una joya con mi inicial y rodeada de pétalos de rosa. Todo estaba cuidado al detalle y era precioso. 

Detrás de mí noté como alguien cerró la puerta de golpe, y para cuando me giré él estaba guapísimo, toda esta sorpresa la había preparado él para mí y me sentía tan afortunada de tenerlo, que era inimaginable. Nos besamos y unos segundos después sacó un pequeño mando del bolsillo y le dio a un botón, y yo sin saber que pasaba solo observaba con una gran sonrisa porque para mí que él estuviese ahí ya era suficiente. De pronto unas luces se fueron iluminando a su espalda, pegadas en la pared, a la vez que el miraba de reojo y se iba agachando poco a poco. En cuanto me quise dar cuenta las luces formaban un mensaje que decía:

¿Quieres casarte conmigo?

Y ahí fue cuando él se terminó de arrodillar y sacó de su bolsillo un precioso anillo color dorado con un pequeño diamante blanquecino en el centro, el cual lo sujetaba muy nerviosamente. Yo lo miré asombrada pero claramente ilusionada, siempre había querido casarme y formar una familia pero me daba un poco de miedo lo que depararía el futuro, pero estaba claro que con él lo quería todo, todo y eternamente.

Acepté sin siquiera dudar un segundo y me puso el respectivo anillo en mi dedo anular, yo sin dudarlo me tiré a sus brazos y empezó a besuquearlo por toda la cara diciéndole que lo quería y que claramente quería un futuro junto a él así que sí, quería casarme con él.

Estuvimos toda la tarde juntos, y yo no podía parar de hablar, de cómo íbamos a organizarlo, cuánta gente vendría, de nuestro menú, de mi vestido y su traje... La verdad es que estaba muy ilusionada con ese plan y él como siempre sonriéndome, escuchando todo lo que digo mientras me abrazaba fuerte y no tenía pensado soltarme, a él de verdad le importaba y eso se notaba. Esa misma noche soñé en cómo podría ser nuestro futuro y claramente supe que estaría con el hasta el fin del mundo, sin dudarlo ni un segundo. Seríamos eternos.

Todo se acaba, o no...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora