HUGO
Se me congeló la cara cuando vi entrar por esa puerta a mi hermana Clara. La verdad que no la esperaba hoy aquí y menos estando Lucía aquí conmigo.
Me puse de los nervios y más viendo la cara de mi hermana, sabiendo que estaba con ella, pero tenía un don que por mucho que quisiese no podía mostrar mis sentimientos y ahora mismo me estaba pasando eso.
Por muy nervioso que estuviese saludé a mi hermana y le pregunté que si había desayunado algo, ella negó con la cabeza y seguidamente le serví un par de tortitas de las que habíamos hecho, a ella. Las presenté por si no se conocían...
Aunque claramente el día que me describió a la chica de mi casa, supe que se refería a mi hermana.
Y después de eso yo también me senté en la mesa a acabar de desayunar y en ese instante se instaló un ambiente tenso en toda la mesa y un silencio bastante incómodo, hasta que por fin mi hermana Clara se dignó a sacar tema de conversación, pero no iba dirigido hacia mí. Sino más bien, hacia Lucía, y eso me preocupo un poco ya que no sabía de qué humor venía hoy mi hermana y que tipo de preguntas le haría.
- ¿Entonces tú eres...? - soltó mi hermana, fijando su mirada hacia Lucía.
- Soy Lucía. - soltó ella bastante tensa, y vi como mi hermana se reía claramente de su incomodidad.
- Entonces... ¿Eres hermana de Hugo verdad? - le preguntó ella a mi hermana Clara.
- Sí, soy su hermana mayor, cuando él nació yo tenía cuatro años. - respondió mi hermana forzando una sonrisa mientras me miraba de reojo.Mientras yo seguía callado y comiéndome mis tortitas tranquilamente, mientras ellas seguían teniendo esa incómoda conversación.
En la mesa se instaló un silencio bastante incómodo por todas las partes, mientras que cada uno se iba comiendo su desayuno hasta que algo me llamó la atención. Lucía casi no había comido nada en esta conversación y ahora mismo estaba muy pensativa. Intuía que quería preguntar algo y no se atrevía.
- ¿Y porque el otro día te hiciste pasar por su novia?
Y ahí estaba la pregunta que tanto quería decir.
Me encantaba verla celosa.
- Me aseguro de que no le hacen daño. - respondió mi hermana mirándola mal y con aire despectivo.
Sabía perfectamente lo que quería decir Clara con eso, pero la cosa es que a Lucía todavía no le había hablado de mis pasadas relaciones con mucho detalle. Por eso ella se quedó con la boca abierta sin saber que decir.
Pero la verdad es que no me gustaba nada por donde estaba tirando la conversación así que me levanté de la mesa y intenté coger del brazo a mi hermana para acompañarla hasta la puerta y que se fuese. Y sí, digo intentar porque se apartó de mi agarre.
- Clara por favor vete de aquí, tengo una invitada y no quiero que líes nada. - Dije yo lo más sereno posible para no asustar a Lucía y que no malinterpretase las cosas.
- ¿Me estás echando? - Me dijo ella haciéndose la víctima. - Tengo derecho a estar aquí, soy tu hermana.
- No, no tienes derecho a aparecer por mi casa, tu no vives aquí, así que por favor vete. - Dije yo, ahora más cabreado, mientras me dirigía a la puerta y la abría para que ella misma saliese.Y eso mismo hizo Clara, salió hecha una furia y enfadada, como siempre, pero me dio absolutamente igual. Yo solo estaba preocupado por Lucía, porque una vez más la había cagado con ella. Cerré la puerta con llave y me apoyé en ella hasta que segundos después oí como ella se acercaba a mí por detrás.
- Lo siento.
Eso fue lo único que me logró salir por la boca, junto a un pequeño resoplido de cansancio.
¿Por qué siempre tenía que hacer las cosas mal?
- ¿Por qué me pides perdón? - preguntó ella sin entender casi nada. - Tú no has hecho nada malo.
- Te he invitado a pasar la noche en mi casa y a desayunar juntos y la he vuelto a liar.
- No has liado nada Hugo.Me dijo ella casi en un susurro, y acercándose mucho más a mí. Tanto que ya rozaba mi espalda.
- No sé qué me pasa, pero siempre que estoy contigo hago cosas que nunca había hecho con nadie. - dije yo sincerándome al cien por cien.
Y después de eso sabiendo que se había quedado sin palabras, me giré para besarla como llevaba mucho tiempo queriendo. Le puse una mano en su cuello y otra en su cintura. Ese beso que nos dimos fue especial, fue una mezcla de emociones y sensaciones. Sensaciones que no había sentido ni nunca ni con nadie. Ella era la primera persona con la que sentía tantas cosas en tan poco tiempo. Alguien de quién era tan evidente enamorarte. Y así estaba yo. Tan sumamente enamorado de ella. De cada parte de su cuerpo y de toda su personalidad. Cada vez que la besaba, cada vez que la tocaba, cada vez que la miraba... no podía dejar de imaginarme un futuro junto a ella. Un futuro del cual no me separaría nunca. Soñaba y soñaba con eso, y solo pedía que se hiciese realidad.
Porque yo solo quería que ese beso fuese el primero de muchos.
Me separé yo primero de ella y en cuanto la tuve a un par de centímetros y la miré, no pude evitar que se me saliese una pequeña sonrisa.
Era preciosa.
Y nunca me cansaría de decirlo. Todo de ella me encantaba. Hasta las veces que se ponía cabezona, sí.
Le di un corto abrazo y la cogí de la mano para ir al sofá juntos y poder acomodarnos los dos. Justamente después noté como simplemente se iba deslizando por el sofá hasta llegar a mi pecho y ponerse cómoda. Sentía una calidez cuando estaba con ella, que era inexplicable. Le empecé a acariciar su pelo a la vez que la miraba mientras ella observaba la televisión muy atenta. Y en cuanto ella notó que no dejaba de acariciarla se giró hacia mí y se me quedó mirandome durante unos instantes.
Yo mientras, no me pude fijar en otra cosa que en sus llamativos ojos.
Tenía los ojos más bonitos que jamás había visto con los míos, y no es porque fuesen ni grandes, ni azules, ni marrones, ni pequeños...
Eran simplemente suyos, por eso me gustaban tanto.
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Todo se acaba, o no...
RomanceUna chica llamada Lucía pone rumbo a un viaje que le hará o no cumplir su sueño, del que ella lleva intentando conseguir, toda su vida. Es una persona sensible, que le gusta leer y escuchar un tipo de música en concreto. En cambio Hugo es totalmente...