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HUGO

¿Preparándome por una chica? Quién lo diría, pero así estaba. Loco perdido por ella.

Me levanté temprano esa mañana para empezar a prepararme cuanto antes. Todo esto iba a ser una sorpresa solo lo sabíamos Elsa y yo, y sabía que ella guardaría el secreto y no le diría nada para que fuese todo una sorpresa. Tenía mi traje preparado desde hace semanas, ya que Lucía no me paraba de hablar de lo importante que era para ella. Estar allí junto a ella me iba a ser imposible, y así se lo dije, pero ella no se lo tomó demasiado bien, se puso muy triste. Lo que ella no sabía es que ya lo tenía todo preparado para no faltar en su día especial.

Esa misma mañana en la que me levanté, escribí a Elsa para que me acabase de decir los últimos detalles para poder sorprender a su amiga y yo fui directo a prepararme y vestirme, ya que, ya me había duchado y preparado la noche anterior para así no tener que ir con prisas. Me puse un traje color gris con una camisa blanca y una corbata color azul, igual que el color del vestido de Lucía, para ir a conjunto. Me puse la ropa y una vez estando vestido me dirigí a acabar de arreglarme, la corbata me la puse como pude, ya que tuve que buscar tutoriales en Youtube porque para vuestra sorpresa nunca me había puesto ninguna. Me quedó mejor de lo que me esperaba, así que de ahí, me dirigí al baño, cogí un peine y muy meticulosamente me peine lo más perfecto que pude. Cogí rápidamente mi móvil y antes de salir de casa escribí un mensaje a Elsa que decía lo siguiente:

- Recojo una cosa y estoy por allí, dame cinco minutos. No tardo.

Y como respuesta lo que recibí fue un:

- Está ansiosa, no se lo espera. No tardes.

Sabía que no estaba, era un día que Lucía esperaba con muchas ansias así que no podía faltar. Me subí rápidamente al taxi que había pedido minutos antes y le indiqué hacia dónde ir. Justo cuando me dejo en la puerta de mi destino, entré en la tienda y le indiqué lo que quería, y la mujer de mediana edad lo entendió a la perfección. En un par de segundos me había preparado un gran ramo de tulipanes color blanco con un envoltorio de papel color azul. Era precioso. Exactamente lo que se merecía ella. Sus favoritas. Como la floristería quedaba cerca del lugar donde se graduaba fui andando sin ningún problema.

Y fue entonces cuando la vi.

Allí estaba ella de espaldas, ansiosa, como si esperase que alguien apareciese de la nada a tranquilizarla, y allí estaba yo.

Me acerqué y le susurré a su oído que estaba preciosa, ella antes de girarse sentí que sonreía y en cuanto se giró se lanzó a mis brazos asombrada de que fuese yo quien estuviese ahí. Después de eso la besé. Estaba claro que no me esperaba ahí. Pero estaba muy feliz y eso era lo único que me importaba. Estaba preciosa, siempre lo estaba pero hoy estaba especialmente radiante, el color azul resaltaba a la perfección sus ojos y su sonrisa. Le di el ramo de tulipanes que había comprado para ella y justo después comenzaron a llamar a los alumnos graduados para que fuesen entrando. Yo sin pensármelo dos veces, la cogí de la mano y tiré de ella para entrar, le aseguré que iba a estar viéndola en todo momento y ella bajó hacia su asiento con sus compañeros esperando ser llamada, y yo me senté en mi butaca muy orgulloso de ella.

Fueron llamando a sus compañeros uno a uno y supe que ella estaba muy nerviosa, hasta que de pronto ella fue la siguiente. Me levanté de mi asiento y fui el primero que empezó a aplaudirle como si de una competición fuera.

Porque si fuese por mí, ella ya habría ganado todas las competiciones del mundo.

Se lo merecía todo, y más este momento, después de haber estado tanto tiempo deseando convertirse en su verdadera vocación.

Cada día pensaba en ella y sabía que lo conseguiría, y no se puede llegar a imaginar lo orgulloso que estoy de ella, y que haya conseguido esto junto a mí.

Todo se acaba, o no...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora