El Chico De Los Girasoles🌻

🌻Capítulo 7🌻

Salimos del salón luego de haber tenido una de mis clases favoritas: gramática.

No me gusta mucho escribir por mensajes a diferentes personas por esta razón, tengo que soportar el impulso de quererlos corregir porque puede resultar fastidioso y pesado.

Otra vez al trabajo, este es un cuento de nunca acabar. Casa, clases, trabajo. Casa, clases, trabajo. ¿Luego? Casa, clases, trabajo.

Busco mis auriculares en mi mochila. Me los coloco, uno de un lado mientras el otro está suelto. A lo lejos, miro al de la camiseta morada que se dirige a la parada, va a paso muy lento.

¿Y si lo alcanzo?

A ver, ¿Para qué lo voy alcanzar en primer lugar? Tampoco quiero que estén haciendo falsas especulaciones como lo han hecho Sofía y Simón. Aunque, eso no es problema de nadie.

Sigo caminando a paso normal, igual termino alcanzando a Thiago quien tiene sus auriculares y una expresión seria. Le paso por un lado dejándolo atrás.

—Bella —dice pronunciando las dos «l».

Siento algo extraño en el estómago al escucharlo y volteo quitándome el auricular.

—Chico Girasoles.

—Deja que me sonrojo —dice cubriéndose la mitad del rostro bromeando y ríe.

—Pareces pendejo —le digo negando con la cabeza.

Él se acerca a mí y seguimos caminando a la parada.

—Somos, UV. Somos —dice empujándome suavemente con el costado del brazo.

—¿UV?

—Significa ultravioleta. ¿No lo sabías? —dice horrorizado.

—Sí, pero... —. Bufo y suspiro —. Olvídalo.

—Por cierto, ¿Cómo me agendaste en tu celular?

—¿En serio me lo preguntas? ¿No es obvio? —. Lo miro levantando una ceja.

—¡Qué casualidad! Yo te agendé como Chica Ultravioleta —dice sonriendo.

Niego con la cabeza chasqueando con la lengua y él ríe.

—Pareces un niño.

—¿Por qué no escribes nada en el grupo? —dice empujándome suavemente, de nuevo, con su brazo ignorando mi comentario.

Le gusta andar haciendo contacto a cada nada, aunque no me molesta en lo absoluto.

—Porque veo como se coquetean la mayoría y pues, Sofía coquetea abiertamente contigo —. Él me observa con asombro mostrando una sonrisa —. Y con los demás también. No me gusta andar metida en esos líos. Ya demasiado drama tengo con mis crisis existenciales —le digo haciendo un vago gesto con la mano.

—¿No me digas que estás celosa de Sofía? —dice él sonriendo aún más.

Un momento...

—¿Qué? —le digo con desconcierto —. ¿Por qué lo estaría?

Mi rostro se calienta a niveles extremos y Thiago suelta una fuerte carcajada.

—Hasta te sonrojaste, tu rostro y tu cabello tienen el mismo tono de rojo ahora —dice entre risas —. Digo que tú estás celosa de que Sofía coquetea conmigo y no puedas hacer nada.

¿Cómo diablos va a pensar eso? Idiota.

—Soñar no cuesta nada, Chico Girasoles —le digo molesta.

—Los sueños se pueden hacer realidad, Chica Ultravioleta.

Lo observo por unos segundos.

Tiene razón, los sueños se pueden hacer realidad, aunque él no es mi sueño. Ya quisiera él ser mi sueño.