🌻Capítulo 29🌻

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Sólo lo he visto en clases, hemos hablado poco por WhatsApp y ni siquiera hemos hecho alguna llamada. Se me hace tan extraño que se aleje de esa forma. A veces pienso que se habrá aburrido de mí, ¿dónde quedó eso de explicarnos las cosas? ¿Será que no me quiere decir directamente que todo esto fue por presión social? No es que me vaya a morir si no quiere nada conmigo, la verdad. Aunque para que haya hecho todo lo que hizo en estos últimos meses no sería de alguien que sólo sienta una simple atracción. Quizás, sólo quizás, si me abro un poco con él puede sentir que es algo recíproco, ¿no? Tampoco quiero parecerle fastidiosa, ¿y si lo termino aburriendo de verdad demostrándole cariño?

-¿Puedo pasar? -me dice mamá a través de la puerta.

-Sí, vale... -digo indecisa.

-Hola, Bella, cariño... -dice pasando con su habitual mirada de amor y sus pijamas. Le gusta andar cómoda en casa, así esté cocinando, limpiando o viendo TV. Su cabello siempre lo lleva amarrado, pero es que es demasiado fácil de controlar, el de ella es lacio y largo, él mío es rizado y crespo.

-¿Cómo está, madre? -le digo fingiendo formalidad.

-¿Puedo sentarme en sus aposentos, mi bella dama? -dice tomando el tono de voz que acabo de usar.

-Claro está. Sería lo más grato para mí, preciosa mujer.

-Muchas gracias.

-A usted.

-Estás loca.

-Por eso soy tu hija.

Ríe mientras toma asiento a mi lado y observa el dibujo que estoy realizando.

-¿Has pensado hacer un libro ilustrado? Ya sabes, con algunos dibujos aquí y allá. Sería genial que lo hicieras.

-No lo sé... -digo encogiéndome de hombros y observando mis dibujos a lápiz de dos personas tomándose de las manos mientras van caminando por un puente con la noche de fondo -. Quizás sí... Ahora, no sé...

-¿Qué tanto piensas? -dice seria -. Tienes toda la semana pensativa, ya mañana es domingo y no me has dicho nada. ¿Estás pasando por algún problema?

Uno mis manos entrelazando los dedos y los tuerzo un poco mientras busco las palabras correctas.

-Es Thiago, mamá... Él... Estuve presente cuando estuvo hablando por llamada con su hermana, parece que tuvo un problema, no lo tengo claro. Parecía algo realmente serio. No me ha dicho nada al respecto desde el martes. Yo quiero saber si está bien, si puedo ayudarlo con algo o simplemente animarlo, pero él no me ha contestado los mensajes o me los responde vagamente. A veces me dice que luego me contesta porque está ocupado. Yo nunca había insistido tanto para que alguien me escribiera, pero estoy tratando de no ser entrometida para no abrumarlo, pero a veces pienso que ya se aburrió de mí. No es justo que yo pueda decirle lo que pienso, bueno... relativamente, pero él se guarde las cosas -. Me empiezo alterar un poco al imaginarme todo -. Que me diga de una vez qué quiere o si no quiere nada conmigo. Esto no es justo. Sabes bien que yo no sirvo para...

-Cálmate, Arabella. Acuérdate que dejaste atrás tu temperamento explosivo.

-La gente no colabora.

-A veces no sé si amarrarte -me reprocha, pero luego toma una bocanada de aire y me observa atentamente -. Escúchame. No creo que se haya aburrido de ti ni mucho menos, él parece un buen chico y si algo similar llegase a pasar, no te va a estar engañando en cuanto a lo que siente. Además, es imposible aburrirse contigo, eres graciosa.

-Ah, soy una payasa -digo con el ceño fruncido.

-Exacto.

¡Mi mamá no me respeta! La miro con la boca abierta ofendida y ella sólo se ríe. A veces convives con el enemigo bajo el mismo techo.

El Chico De Los Girasoles🌻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora