10. La verdad

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"Sin importar el tiempo ni la situación su corazón jamás cambió, siempre había sido ella"





|Acto Final: Destino|

Llevar a la joven azabache hasta el templo había sido bastante fácil para él de cabellos platinados, junto a Nanami la habían colocado en un futón para que descansara y le habían dado la medicina especial.

Gracias a eso rápidamente se había estabilizado y su respiración ya era normal, la joven descansaba plácidamente bajo la atenta mirada del kitsune quien tenía la mente hecha un caos total mientras observaba la marca en su cuello.

¿Quien era esta mujer?

¿Por que tenía su marca?

Todo era tan confuso, su cabeza comenzó a doler fuertemente y posó una mano sobre esta.

Nanami le observó con confusión, le había parecido tan extraña la manera en la que él observaba a la bonita mujer que dormía.

Fue entonces cuando Tomoe sintió una gran punzada y el dolor de cabeza se intensificó de gran manera. Tan solo fueron cuestión de segundos cuando el kitsune se tambaleó en su lugar para luego caer al suelo desmayado.

La castaña reaccionó rápidamente acercándose hacía él, sin embargo antes de poder siquiera tocarlo una figura que conocía bien apareció frente a ella sosteniendo a un Tomoe inconsciente.

— Desde aquí me haré cargo yo — habló Mikage en un tono suave.

Nanami le observó aún más confundida y preocupada.

Si él estaba ahí con ellos significaba que era una situación más seria de lo que imaginaba. Una extraña sensación crecía en ella la cual podía identificar como un muy mal presentimiento y deseaba con todas sus fuerzas estar equivocada.

— ¿Que le sucede a Tomoe? ¿Él está bien? — preguntó frenéticamente con una evidente preocupación en su tono.

Mikage acomodó a Tomoe al lado de la azabache quien también estaba inconsciente, una leve sonrisa apareció en su rostro mientras observaba a los dos. Acto seguido extendió sus manos y procedió a acariciar con delicadeza la mejilla de ambos.

— Por ahora debemos dejarlos descansar — fue la vaga respuesta del hombre.

La joven estaba por estallar contra él ante la falta de respuestas pero fue silenciada por las palabras del rubio.

— Si realmente deseas saber lo que sucede debes mantener la calma — advirtió el de lentes.

Nanami asintió para luego dar una larga inhalación para luego exhalar, calmándose en el proceso.

En ese momento Mizuki se adentró a la habitación tomando asiento al lado de su ama.

Había estado limpiando los terrenos del santuario cuando había escuchado la conmoción así que se había acercado para asegurarse de que todo estuviese bien.

Gran sorpresa se llevó al ver a Mikage en el lugar, sin embargo su mirada pasó de él para posarse en la azabache inconsciente.

Sus ojos ampliándose ante el reconocimiento.

Ese gesto no pasó desapercibido para la diosa quien le miró con intriga.

— Ella es... — comenzó la serpiente dudoso.

Mikage se limitó a asentir en respuesta y Mizuki volvió a posar su mirada en Kagome.

Se encontraba sumamente sorprendido, por supuesto que había escuchado incontables leyendas sobre la mujer frente a él. Y definitivamente debía admitir que esta era mucho más hermosa de lo que describían en textos antiguos.

Ciertamente tan bonita como la más delicada de las rosas, incluso en su estado actual.

Además de eso sabía algunas cosas sobre el pasado de Tomoe, más bien sabía un poco sobre su historia con la Shikon No Miko. Pero por obvias razones no conocía los detalles más a fondo pero presentía que Mikage si.

Por el momento su único temor era cuán destrozada quedaría Nanami al saber la verdad, ya que sin importar cuánto ella se involucrara con el kitsune...

El corazón de este le pertenecía a alguien más y así sería para siempre.

— ¿La conoces? — preguntó su ama intrigada.

Mizuki asintió para luego hablar, dirigiendo una mirada fugaz a la joven inconsciente.

— Es la Shikon No Miko, todos los demonios la conocemos — respondió el guardián.

El rostro de la castaña se transformó en uno lleno de confusión.

— ¿Shikon No Miko? — musitó Nanami confundida.

Claramente jamás había escuchado hablar sobre ella.

— Es una larga historia, sin embargo esta mujer es muy valiosa para Tomoe — explicó el rubio con una leve sonrisa.

Ante tales palabras Nanami sintió que todas sus sospechas se confirmaban, su mal presentimiento se hacía real y su corazón daba un vuelco.

¿Acaso había escuchado bien?

Mikage suspiró ante la expresión de la joven mientras observaba a la miko dormida, su rostro expresaba suma sorpresa y a la vez tristeza.

Sabía bien que algo como eso no sería fácil, más aún cuando la castaña claramente se había enamorado profundamente del kitsune. Pero por más difícil que fuese en algún momento tenía que descubrirlo y ese momento sería ahora.

— Acércate — indicó el de lentes.

Nanami se acercó hasta quedar bastante cerca de Kagome.

— Observa su cuello — indicó nuevamente.

La joven acató su pedido, su mirada posándose en el cuello de la miko. Observó con detenimiento una extraña marca de lo que parecían ser colmillos.

Las alarmas de su mente sonaron una vez más y su corazón sintió otro vuelco.

¿Acaso eso era...

No, no podía serlo.

— Ella es la esposa de Tomoe, en términos de demonios llevan mucho más de algunas décadas casados incluso si esa marca aún no se ha completado debidamente — explicaba el hombre de en un tono suave.

Fue entonces cuando todo se derrumbó para la diosa.

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Su Destino | Kagome & TomoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora