08. Conexiones

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Nota: Aquí habrá un salto en el tiempo.


"Ella no era efímera como el resto de humanos, entonces...¿por qué?"





"Ya veo, entonces ella desapareció"  Dedujo la voz afeminada.

"Y eso casi lo mata" Confesó la voz suave.





|Era actual: Ciudad|

La diosa de la tierra se encontraba caminando junto a su guardián, era la tan ansiada cita que había planificado, pero al igual que la anterior había sido todo un fracaso.

Tomoe seguía de la misma manera que había estado en días anteriores, ni siquiera se había dignado a mirarla fijamente desde la última ocasión. Y cada que ella intentaba mirarle, él solo parecía huir de su mirada inquisitiva.

¿Quizás había hecho algo malo?

No, al menos no conscientemente.

Sin importar cuánto intentase sacar conclusiones, nada parecía tener sentido. Aunque preguntarle directamente era una opción, lo más probable era que terminara como la última vez cuando le había cuestionado por la horquilla.

Así que se limitó a intentar entablar una conversación.

El de cabellos platinados debía admitir que no estaba prestando atención, limitándose a responder lo que su cerebro le indicaba inconscientemente.

Después de todo, había sido obligado nuevamente a una cita, algo que realmente no quería pero no tenía muchas opciones.

Intuía que su ama ya sospechaba de su extraño comportamiento, pero no podía culparla.
Últimamente había estado aislado mientras se sumía en sus pensamientos, intentando encontrar una respuesta.

Ni siquiera era capaz de poder observar a Nanami sin que la imagen de otra mujer apareciese en su lugar, llenándole de confusión al no saber por que le sucedía tal cosa.

Haciéndole preguntarse...

¿Quien era la bonita mujer que solía ver entre escasos recuerdos?

Sus bonitos ojos, sus largos cabellos negros y incluso su bonita sonrisa. Sentía que la había visto antes, todo de ella lucía familiar.

Entonces...

¿Por que su mente se negaba a darle una respuesta?

¿Acaso había olvidado algo?

En medio de la conversación mientras caminaban por la ciudad, Tomoe se detuvo abruptamente cuando a sus fosas nasales llegó un olor sumamente familiar.

No cualquier olor, se trataba de sangre.

Nanami le observó consternada hasta que este se marchó rápidamente en dirección hacía el olor que lograba percibir.

La castaña aún confundida por tal acción, decidió seguir al kitsune.



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|Era feudal|


— ¿Que fue lo que hiciste? — preguntó un Tomoe enfurecido.

— Enamorarse es para los débiles Tomoe — escupió una voz burlona.

— ¿Donde está mi mujer? — volvió a preguntar en el mismo tono.

En su rostro era evidente la furia que recorría su ser, podía oler la dulce esencia de Kagome entre las garras ensangrentadas del demonio frente a él.

Sin embargo, el rey demonio no respondió, pero si dió una mirada fugaz al pozo que estaba cerca de ellos.

Los ojos del kitsune se ampliaron ante la comprensión, su corazón dió un vuelco al pensar en lo que podría haber sucedido.

Rápidamente su mente se nubló y sus instintos asesinos salieron a flote, arremetiendo contra el demonio que alguna vez había sido su amigo.


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|Era actual: Templo Higurashi|

Kagome se arrastraba por el fondo del pozo intentando subir pero su cuerpo no se lo permitía, estaba sumamente herida. Grandes cantidades de sangre se esparcían por el suelo.

Un suave gemido de dolor salió de ella al intentar sostenerse para subir pero había fallado en el proceso, cayendo nuevamente.

Por otro lado, cerca del templo, Tomoe se dirigía a toda velocidad hacía la fuente del olor.





"Eventualmente él la buscará" Resonaron las palabras de la voz suave.

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Su Destino | Kagome & TomoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora