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El tiempo estimado por Jungkook finalmente había pasado, ahora era momento para pasar a la siguiente fase.

Se había puesto en contacto con su amiga, primeramente para cerciorarse de que el plan había resultado y en segunda, para verse como habían acordado

Hola Lisa, oye, sólo dime, ¿Está contigo sí o no?
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Lo está

Perfecto, eh, ¿Te parece si nos vemos en el lugar de siempre?
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Claro, ahí estaré, nos vemos en quince minutos

C

laro
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Tal como acordaron, ambos fueron a verse en el lugar que solían frecuentar, tal como Lisa se lo había confirmado, la brújula había llegado a sus manos mediante aquel "sueño compartido" como ellos le solían llamar, ahora sólo tenía que devolversela y es todo, del resto, Jungkook se encargaría.

– Aquí tienes, Kookie – le extendió el objeto –

– Gracias Lis – de igual manera extendió su mano para recibirlo, pero, la castaña movió su mano nuevamente, eso le extrañó – ¿Pasa algo?

– Movió leve el objeto en su mano, soltando un suspiro – Sólo te pediré una cosa antes de regresarla

– ¿Qué es?

– Por favor, ten cuidado, y no te fies de absolutamente nada, duda de todo, si es necesario

– Lo haré – mencionó confundido –

– Es que no quiero que te pase nada Kookie – le abrazó leve, él correspondió – me es inevitable preocuparme por ti

– Y eso te lo agradezco infinitamente, Tú igual cuidate, ¿Sí? – se separaron, la muchacha asintio, sonriendo leve –

– Mucha suerte, espero encuentres a esa persona

– Lo lograré, ya verás

– No lo dudo, eres muy capaz de eso y más

– Asintio – Bueno, nos vemos – se despidieron con una reverencia y cada quien fue por su camino –

Aunque probablemente Jungkook no le haya pedido que se cuidara, en el mismo nivel que ella lo hizo, aún así se lo tomaría más que enserio.

Ahora que ya estaba seguro por completo de que funcionaría, por fin pondría en marcha la verdadera prueba.

Estar frente a frente con la otra persona, encararla y.

Darle un mensaje en lugar de un objeto. Y lograr que al despertar, alguna vez, que ojalá fuese pronto, se la dijera de regreso.

Sabía que esto era más serio que nada, sobre todo sus dos anteriores pruebas, obviamente no experimentaría con algo tan delicado a la primera con otros individuos.

La noche finalmente había llegado.

Era ahora o nunca, como de costumbre, en menos de lo que esperó, ya se encontraba durmiendo, recorriendo el camino de los sueños, todo parecía ir con naturalidad, hasta que, hubo algo que le pareció un tanto extraño, primero, no era el mismo lugar de siempre, segundo, sentía una vibra un poco extraña, y tercero, no veía por ningún lado a la otra persona, pero sin embargo sentía su presencia de alguna forma, pero algo dentro de él, le había comenzado a preocupar, y es que, por alguna extraña razón.

Sentía que la otra persona estaba en peligro.

Intentaba calmarse, pero aquello no le resultaba, y en vez de disminuir, su miedo incrementaba.

Eso le estaba llevando a pensar seriamente en tomar medidas al respecto, y una de esas, no era muy segura a su pensar, ya que, podría alterar algo, debido al como había estructurado todo en sus piensos antes de ir directamente a la acción y por consecuencia, reacción que aquello pudiera causar.

Pero no es como que pudiera hacer mucho en el momento.

Sabiendo que se arriesgaba, con lo que estaba a punto de hacer, aún así lo haría, pues era eso, o algo que sin problemas podría salir peor.

Intentaría comunicarse con la otra persona, aunque no ocurriera lo que había predispuesto, para cuando eso hubiera tenido que suceder, pero que sin embargo por ahora debía hacer por causas ajenas.

Aunque no quisiera, debía hacerlo antes de que el viento soplara, acontecimiento que en otra situación hubiera Sido su señal de que podía continuar con total libertad, pero que ahora por causas externas, debía reformular todo desde el inicio por así decirse.

– Oye, ¿Estás aquí? – preguntó pero no escuchó ni vió nada que se lo pudiera confirmar – por favor dame una señal de que sientes mi presencia, sé que no estás bien justo ahora, y no me explico por qué, quiero ayudarte, si hay algo que pueda hacer, házmelo saber como te sea posible

Cómo era de esperarse, no había ocurrido algún cambio de lo que habría
esperado, pero, en su lugar lo que ocurrió, fue, que de un momento a otro, el escenario del sueño cambió a uno totalmente caótico.

De pronto se encontraba frente a un piano ardiendo en llamas, cosa que sin siquiera él querer, le hizo despertar abruptamente.

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11:11, 3 días para...

𝑬𝒍 𝑷𝒊𝒂𝒏𝒊𝒔𝒕𝒂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora