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– ¡Jungkook! ¿Estás ahí? ¿Puedes oírme? – gritó de repente buscando una respuesta, claramente no obtuvo éxito, pero aún así, por una extraña razón, algo dentro de sí, le decía que estaba en el lugar correcto y que, aunque no pudiera ver al otro, el también estaba ahí –

Por su parte, Jungkook parecía tener el mismo pensamiento que Yoongi, es por ello, que él sólo.

– ¡Yoongi! ¡No sé si me veas o me escuches! ¡Pero sé que estás ahí, a pesar de que no puedo verte ni escucharte tampoco! No te preocupes... pensaré en algo.

Quizá su nuevo amigo no podría recibir el mensaje, pero el viento podía hacerlo en su lugar y de cierta forma, cuando fuese posible, hacérselo saber de alguna manera u otra, ya que este conserva más mensajes que cualquiera dentro y fuera del plano tanto astral como terrenal.

La oscuridad del momento no era impedimento, menos para alguien como Yoongi, que solía ser muy persistente y de no rendirse fácil, Jungkook por su parte no se quedaba atrás, ya que en sí, él era tan necio, pero tan tan necio, que sí tenía un objetivo e ideas muy metidos en la cabeza, ahora sí, que ni siquiera el ser más paciente sobre la fas de la tierra, sería capaz de sacarselas.

Quizá esa era una de las tantas razones por las cuales ambos habían coincidido en el momento justo, cuando posiblemente, debía ocurrir de esa, una manera específica.

Ambos habían comenzado a pensar en posibles soluciones, pero quizá sólo una podría funcionar, independientemente nada perdían en intentar.

– Okay, necesito... necesito una linterna, espero funcione y sobre todo, que sepas código morse, Jeon – susurró para sí mismo –

Se quitó la mochila rápidamente y buscó entre sus cosas la linterna que por una razón que ni siquiera él sabía, siempre llevaba con él, la sacó, e intentó prenderla, pero para su mala suerte, no tenía baterías.

– ¿Cómo se me ocurre traer esta cosa sin baterías?Ahg... por qué no la revisé
– suspiró – ni hablar

Su única opción era la de su celular, aunque así fuese más difícil, ya que era táctil, no era como que se pudiera poner de exigente, además que más opciones no tenía, el caso es que nada perdía con intentar.

Sin tiempo que perder, comenzó a prender la linterna.

Había estado tan ensimismado en buscar soluciones que no notó cuando a unos metros más adelante a sus espaldas, algo había comenzado a parpadear, rápidamente se dirigió hacia allá, y justo agradeció tanto a Beomgyu el haberlo obligado a aprender clave morse.

– .... --- .-.. .- (Hola) – fue lo que logró entender –

– -.-- --- --- -. --. .. --..-- / . .-. . ... / - # ..--.. (Yoongi, eres tú?) – respondió –

– Sí, soy yo, menos mal sabes clave morse

– Sí, la verdad que yo también estoy agradecido de saber

– Bien, necesito tu atención, como habrás notado, algo salió mal, no sé exactamente qué, pero debemos resolverlo, así que, por el momento será mejor irnos y regresar una vez esto esté resuelto, ¿Te parece? ¿Puedo confiar en ti?

– Claro que sí, y, la verdad es que no sé qué pudo pasar, pero prometo buscar una solución, por lo pronto, en la noche creo que sería coherente vernos nuevamente, ¿Está bien?

– Está bien, hasta entonces, nos vemos

– Nos vemos

– Adiós

– Adiós

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11:11, 30/09/23

Un mes desde...

(Imaginen que a partir de los renglones en morse, todo lo demás igual fue en clave morse, aún no he aprendido muy bien que digamos, prácticamente nada, en los primeros dos renglones tuve que usar traductor y sinceramente si es mucha complicación, pero procuraré aprender para próximos capítulos donde se necesite hacer uso de este peculiar código, porque sí, desde ahora aviso que esta historia se centrará y respaldará básicamente en dicho código).

𝑬𝒍 𝑷𝒊𝒂𝒏𝒊𝒔𝒕𝒂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora