Título: Cumpleaños.
Advertencia: ninguna.
Número de palabras: 391.~•~
La luz que se colaba por rajaduras de la persiana se poso en los ojos de Bucky, obligándolo a despertar. Levanto lentamente los párpados, para encontrarse solo en la cama, lo que le extrañó, pero más lo extrañó una melodía que se podía oír a lo lejos, una que no fue capaz de reconocer. Se puso de pie tan rápido como pudo y salió de la habitación rumbo a la cocina, de dónde provenía la música. En completo silencio, se asomó, para encontrar la espalda de su novio, mientras esté hacia algo en la estufa y tarareaba la canción que sonaba, una que ahora sí fue capaz de reconocer
Una sonrisa se poso en sus labios, y lentamente se acercó a el, y lo abrazo por la espalda. Sam dió un respingo al principio, pero al ver a su pareja se relajo.
— ¿Sam Wilson preparando el desayuno? Creo que jamás había visto algo como esto— bromeó.
— Es que una ocasión tan especial como está lo amerita— contestó después de apagar la estufa y girarse sobre sus talones para ver a Bucky a los ojos.
— ¿Que estamos festejando?— pregunto inocentemente, y a la vez algo preocupado— Por favor dime qué no olvide nuestro aniversario.
Sam nego con la cabeza, para después acunar el rostro de Bucky entre sus manos y plantarle un beso inesperado y un poco brusco, pero no por eso no estaba lleno de amor.
— ¡Es tu cumpleaños!— exclamó Sam al separarse mientras colocaba sus brazos al rededor del cuello de su novio.
— ¿Mi cumpleaños?— pregunto incrédulo— ¡Cierto, es mi cumpleaños!
Ambos rieron.
— Mi idea era preparar el desayuno y llevártelo a la cama, pero te despertaste y arruinaste mis planes— dijo, para luego volver a besarlo.
— Bueno, puedo volver a la cama, fingir que estoy dormido, y me traes el desayuno ¿Que opinas?
— Me agrada— otro beso.
— ¿Y que haremos después de comer?— dijo de forma seductora.
Sam se mordió el labio inferior— Seguiremos comiendo, solo que no el desayuno— plantó un beso en cuello de Bucky que le provocó un estremecimiento.
— Entonces volveré rápido a la cama— los besos siguieron.
— ¿Y si mejor cambiamos los planes?
— ¿Quieres desayunar después?— Sam asintió— ¿No tienes hambre?
— Si, pero no de desayuno— Bucky rio por lo bajo y se separó de Sam.
— Sígueme entonces.