Título: Noches de películas.
Advertencia: ninguna.
Número de palabras: 750~•~
Desde que Sam y Bucky empezaron a vivir juntos en esa casa en Washington, Sam impuso una regla: Los sábados, noches de películas.
Bucky no entendía cuál era la necesidad, el no era muy de ver películas, el cine de los cuarenta era bueno, pero era algo más que nada para gente adinerada, y el nunca lo fue, de vez en cuando, cada tanto, junto con Steve, juntaban algo de dinero entre los dos para ir a ver alguna película que tuvieran muchas ganas de ver, nada más. Y cuando estuvo en una tiempo en el que era más accesible, tenía muchas cosas en que pensar como para perder el tiempo viendo películas.
Pero cuando, en su primera noche de películas, vieron Matrix, se replanteó lo que significaba el cine para él. Terminaron de ver la película a las once treinta, y se fueron a dormir a las dos de la madrugada por la catarata de dudas que la cinta le había dejado a Bucky. Esa noche empezó su tradición.
Desde matarse de risa con Top secret, hasta llorar como unos condenados con Philadelphia. Desde asustarse como unos niños pequeños como con El conjuro, hasta terminar perdidos en besos por las escenas románticas como las de Secreto en la montaña. Desde películas malas que los decepcionaron, como Green lanter, hasta obras maestras que los dejaron con la boca abierta, como Sueño de libertad.
Durante las cenas de los sábados, casi siempre discutían que película ver, a veces esto les tomaba toda la cena, y otras no tanto, en ese caso, hablan de cosas relacionadas a las películas que ya habían visto o de algunos actores o actrices y de sus actuaciones, o tal vez de su atractivo.
Bucky se molesto bastante al escuchar a Sam suspirar la primera vez que vieron una película con Leo Dicaprio, y todas las otras veces que vieron una pelicula suya. En venganza, el también lo hacía cuando salía Ryan Gosling en alguna cinta.
— ¿Que pasa?— le pregunto Sam mientras veían La La Land.
— Nada... ¿No crees que el chico es muy atractivo?— le dijo, Sam contestó con un gruñido, y Bucky pudo distinguir cierta molestia en el, había cumplido su cometido: Ponerlo celoso.
Era una tradición irrompible para ellos, excepto por una noche, una noche cualquiera, habían terminado de cenar, fueron a su cuarto con una película ya decidida, una en la que estaban de acuerdo: Moonlight. Pero cuando llegaron a su habitación y se sentaron en la cama las luces de la casa se apagaron de repente. La luz se había ido.
Revisaron los cables y preguntaron a los vecinos, resultaba ser un corte general en casi toda la ciudad. Volvieron a su cuarto con una vela y las linternas de su celulares.
— ¿Que hacemos ahora? ¿Vamos a dormir?— pregunto Sam.
— No tengo sueño.
— Tampoco yo... Hablemos, como dos personas normales, como lo hacemos en las cenas.
— Hablar sobre películas— no era pregunta, pero Sam asintió— Okey, ¿Puedo preguntarte algo?— otra vez asintió— ¿Cómo hizo Brad Pitt para ganar un Óscar si siempre actúa igual?
Sam se quedó callado— ¿Que dijiste?
— ¡Si! Siempre tiene la misma cara, nunca cambia, siempre hace lo mismo aunque sus personajes sean personas distintas, solo en Seven y en Figth club creo que hace un gran trabajo, pero el resto es... Meh— explico, otra vez Sam hizo silencio.
— No voy a contestar eso porque estaremos hasta muy tarde, ¿Puedo preguntarte algo yo?
Bucky frunció el seño— Si...
— Okey, ¿Cuál es tu película favorita?
— Uff... Que difícil... No lo sé, estem...— lo pensó un poco— Creo que... Fight club, no estoy muy seguro, pero esa me gusta mucho.
— ¿En serio?
— Si, es increíble, ¿O me vas a decir que no?
— No, tienes razón, es vuela pelos.
— ¿Cuál es la tuya?
— ¿La mía?— Bucky asintió— Matrix.
— ¿De verdad?
— ¡Si!
— ¿Por qué?
— ¿Cómo que por qué? Es increíble, a demás, es la película más significativa para mí.
— ¿Más significativa? ¿Por qué?
— Pues fue importante para mí, era joven, fue la última película que fui a ver al cine con mis padres, esa noche conocí al esposo de Sarah, ¿Y sabes que es lo mejor?
— ¿Que?
— Fue la primera película que ví junto al amor de mi vida— confesó, Bucky sabía que se refería a él.
Sonrió tanto que las mejillas le dolieron, a demás de que se pintaran de rojo. Sam lo vio iluminado por las luz de la vela, se veía tan lindo. Bucky se acercó y lo tomo del rostro para besarlo.
— Te amo— le dijo en un susurro.
— También te amo, y amo está tradición que tenemos.
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