Maneskin 4

I: Crazy night

Sin duda el cumpleaños de Damiano estaba teniendo unos pocos giros inesperados... primero descubrí que Jacopo, el hermano de Damiano, fue el hombre que tuvo la maravillosa idea de tocarme el culo. Después, para colmo ¡¿Laura había tenido un accidente?!

-Me tengo que ir.- Ethan se levantó del sillón. Podía notar en su cara la preocupación e incluso el miedo.

-¿Te acompaño?- Preguntó Victoria apoyando su mano en el hombro del pelinegro.

-No.- Negó con la cabeza.- Quedaros con Damiano, ya os iré contando, pero terminad la noche.

Asentimos tristemente con la cabeza. Que surrealista...

-Avísanos de cualquier cosa.- Damiano le dió un par de palmadas en el hombro, él asintió y salió del rincón en el que estábamos.

-Que fuerte...- Comentó Victoria para después darle un trago a su cerveza.

-Necesito beber.- Damiano se levantó de su asiento y se fue sin añadir nada más.

Y ahí me quedé yo, en medio del cumpleaños de Damiano, sin saber que hacer.

-Yo me voy a dar una vuelta por la fiesta...- Me decidí por fin, para después levantarme y pirarme del rincón que ya me estaba dando claustrofobia.

No sabía a dónde ir así que solo me dispuse a dar vueltas por el local a ver si encontraba a alguien que conociese o pudiese hablar conmigo.

Me acerqué a Giorgia para ver si ya se había despertado y podíamos hablar de algo pues es de las pocas personas que conozco. Pero seguía durmiendo.

¿Cuanto más iba a durar la fiesta? Un cumpleaños ya no daba para mucho y estar sola en medio del barullo no me apetecía mucho.

Por puro aburrimiento (y también gracias a que sentía la garganta seca) decidí acercarme a las bebidas a por algo que me refrescara la garganta.

-Perdona.- Me disculpé a una persona que no conocía tras empujarla un poco para pasar. De lejos, a un par de metros, vi a Damiano en la mesa de las bebidas, con Jacopo. <<Mierda>> pensé, <<Como se le haya ocurrido decirle algo a Dam lo mato.>>

Damiano parecía enfadado, furioso, su hermano en cambio se veía preocupado.

-Vete de mi vista, no quiero verte.- Fue lo unico que pude escuchar de la conversación. Dam le hizo un gesto con la mano para que se fuese. Cuando él lo hizo aproveché para acercarme a Jacopo.

Hizo el ademán de irse, pues es lo que le indicó su hermano, pero yo lo agarré del brazo para que no se alejara, eso sí, lo hice con mucho asco, con la misma repugnancia que sentí al darle la mano cuando nos presentaron.

-¡¿Se lo has dicho?!- No aparté la mirada de sus ojos, los cuales no se aportaban del suelo.

-Es lo que me dijiste.- Me miró por fin.

-¡Pero no en su cumpleaños!- ¿Qué quería? ¿Arruinarselo?

-No te metas con lo que nos pase a mi hermano y a mi.- Me retó con la mirada. Iba por un mal camino si pensaba que metiéndose conmigo conguiría salir bien parado.

-Te recuerdo que tu hermano es Dam, si algo lo implica a él, y encima me implica a mi, tengo todo el derecho del mundo a meterme.- Me acerqué a él con la cabeza en alto.- Así que no me digas que tengo que hacer y que no, porque no te voy a hacer ni puto caso.

Dicho eso lo dejé ahí plantado e hice lo que iba a hacer desde el principio: ir a por bebida.

Al llegar a la mesa pude ver que Dam estaba sentada en ella.