Amantes (Nico Di Angelo)

Su Pequeño Momento Del Cielo

Vela estaba en Elysium. Bueno, en realidad no, pero era lo más cerca que jamás llegaría. Las manos de Nico se aferraron a él, acunándolo ferozmente y no con delicadeza. Todavía se sentía como la muerte, pero ahora estaba consolado por ella, estaba rodeado por Nico. Llevaba el aroma de la muerte como un perfume y Vela estaba intoxicado. Nunca se había sentido tan contento.

"Neeks", croó, dejando que el nombre saliera de su lengua con alegría.

Los ojos angelicales de Nico lo hicieron derretirse. Su expresión de llanto era seria, pero a Vela le gustó cómo se suavizó cuando lo miró. Como la forma en que Nico lo miraba era diferente a la forma en que miraba a todos los demás.

"¿Dónde estamos?" Preguntó, tratando de sentarse y Nico lo dejó, pero aún así mantuvo sus manos sobre él como si temiera que desapareciera.

"Erebos", respondió Nico, olfateando sus lágrimas. "Padre mío, te encontró en el Phlegethon..." La piel pálida de Nico se iluminaba a la luz de su habitación y Vela estaba haciendo todo lo posible por no sonrojarse. "Dijo que bebiste de eso, ¿qué estabas pensando?

"Se las arregló para reírse, pero estaba débil y áspera por su garganta seca, cortesía del Phlegethon. "El río de la curación", dijo. "Annabeth habló de eso una vez, así que bebí". Se justificó, pero el ceño fruncido de Nico solo creció y Vela tuvo que esforzarse por no ignorarlo.

"¿Por qué harías algo tan estúpido?" Criticó. "¡Eres un idiota-!"Vela sonrió. "Ese es tu nombre ..." bromeó. Nico no reaccionó. Vela suspiró. "No tenía otra opción; Me estaba muriendo". Admitió y la expresión de Nico se estremeció de terror.

"¿Qué-?""Larga historia", gimió Vela, sentándose. "Había un titán, y una aguja e hilo, creo. Todavía está un poco borroso".

Nico sonrió levemente. "Efervescente". Él corrigió. Vela se rió en silencio ante el recuerdo de haber sido electrocutado.

"Sí", sonrió. "Todavía está efervescente". Miró a su alrededor.

La oscuridad de la habitación era escalofriante después del brillo de la isla de Calipso, pero Vela lo disfrutó. Le recordó a Nico. Ese hijo de Hades que había extrañado tanto, más de lo que debería. El niño por el que había bebido agua de fuego y arriesgó su vida solo para volver a verlo por última vez.

Pero aún así, mientras miraba a Nico a la luz de su habitación, no pudo evitar recordar la habitación de las Aguas Divinas. Ese sueño que le había prometido un futuro con Nico, pero uno en el que estaban marcados y cansados. Pero aún así, oró para que se hiciera realidad. Estaba preparado para correr los riesgos que lo dejarían marcado, la vida que podría arruinarlo porque no le importaba lo que le sucediera. Solo quería llegar al punto de su vida en el que Nico pudiera decirle que lo amaba tanto como ya lo amaba.

"Pensé que estabas muerto". Nico murmuró, inclinando la cabeza para que Vela no pudiera ver su rostro. "Me hiciste pensar que te habías ido para siempre".

El corazón de Vela se estremeció en su pecho. Vio la profundidad del esmalte de ojos negros de Nico con lágrimas no derramadas nuevamente que le dolían de culpa en el corazón. Llevó su mano débilmente a la barbilla de Nico, inclinando la cabeza hacia arriba para poder ver su rostro. "Lo siento mucho". Él juró. "No quise hacerte eso ... Traté de volver a yo-", hizo una pausa. "De vuelta al mundo real", corrigió. "Realmente lo siento, Neeks".

Nico se rio en voz baja burlándose. "Solo tú te disculparías por morir". Bromeó y logró sonreír. Vela también sonrió y solo entonces notó lo cerca que estaban, cómo su mano todavía sostenía su barbilla, cómo estaban tan cerca de sus respiraciones superficiales y nerviosas mezcladas con los aromas de naranjas y carbón.