Amantes (Nico Di Angelo)

No hables de mi madre

Gerión los hizo subir a todos a su camioneta, Nico se sentó en la parte trasera, así que Vela también lo hizo. Aunque se sentó en una fila al frente. Era obvio que Nico se sentía incómodo con su presencia, pero Vela quería estar cerca de él. Así que una fila de distancia fue un feliz compromiso para él.

"¡Tenemos una operación enorme!" Gerión se jactó desde el asiento del conductor. Euritión estaba sentado junto a Nico con el sombrero en la cara, pero Vela podía oír que ponía los ojos en blanco. "En su mayoría caballos y ganado, pero también todo tipo de variedades exóticas".

Vela miró por la ventana para ver en los patios de los corrales de animales, un oído de criaturas, mitad gallo, mitad caballo. Parecían aterradoras pero él las recordaba. "¿Hippalek-tryons?" Vela jadeó.

"¡Pensé que estaban extintos!" Annabeth estaba en estado de shock por la pluma.

Aparentemente, Tyson sintió lo mismo. "¡Ponis-gallo!" Señaló con entusiasmo y Vela sonrió suavemente al cíclope.

Vela escuchó un ruido detrás de él y giró la cabeza preocupado, pero solo era Euritión. Vela miró de reojo para ver a Nico solo para ver a Nico mirándolo de vuelta. Fue solo un momento, pero Vela sintió que el momento se extendía más allá de sus dos mil años. El le sonrió.

Pasó un segundo en el que Nico se quedó mirando los sonrientes labios de Vela antes de fruncir el ceño furiosamente, volviendo la cabeza para mirar por la ventana pero con un rubor rojo manchando sus mejillas que hizo que Vela sonriese con orgullo para sí mismo mientras se giraba en su asiento.

"Ahora, allá", continuó Gerión. "Tenemos nuestros caballos que escupen fuego, que puede que hayas visto al entrar. Están criados para la guerra, naturalmente".

"¿Qué guerra?" Preguntó Percy, pero al igual que todos los demás, sabía exactamente de qué guerra y de qué lado estaba Gerión.

Gerión sonrió con picardía de una manera que hizo que a Vela se le erizara la piel. "Oh, el que venga", dijo con una sonrisa boba. "Y más allá, por supuesto, están nuestras preciadas vacas rojas"

Había cientos de vacas rojo cereza dando vueltas, absolutamente cientos. Vela sintió que se le erizaba la piel. No estaba bien, estos animales eran sagrados para Apolo y sabía que no había forma en el Hades de que supiera que esto les estaba sucediendo a sus animales sagrados. Fue una barbarie. "Tantos," murmuró Grover, luciendo como si fuera a enfermarse.

"Sí, bueno", se defendió Gerión. "Apolo está demasiado ocupado para verlos, así que nos los subcontrata. Los criamos vigorosamente porque hay tanta demanda".

Vela se dio cuenta de que Percy se estaba enojando. "¿Para qué?"

"¡Carne, por supuesto!" Gerión gritó. "¡Los ejércitos tienen que comer!"

Gerión estaba abasteciendo al ejército de Titán. Vela se tensó y miró a Euritión que parecía estar durmiendo, pero Vela sabía que estaba muy despierto bajo su sombrero de paja. Su garrote todavía estaba en su mano, descansaba sobre sus rodillas y Vela estaba haciendo una mueca de dolor al pensar que Nico estaba en peligro. Quería moverlo, intercambiar asientos con él, pero solo les habría llamado la atención, así que se sentó en silencio, sus oídos atentos a cada pequeño sonido en un radio de millas.

"¡Matas a las vacas sagradas del dios sol por carne!" Grover estaba furioso. "¡Eso va en contra de las leyes antiguas!"

"Oh, no te preocupes tanto, sátiro." Gerión lo rechazó. "Son sólo animales".

"¿Solo animales?" Vela se inclinó hacia adelante en su asiento, sintiendo que se enojaba más. Quizás a los ojos de algunas personas, él era solo un animal. El trato que Gerión dio a las cosas fue horrible y Vela quería que le sucediera algo malo.