Voy a tratar de, Para ti, Lo intentaré.

84 20 0
                                    


Vela era una de las personas favoritas de Annabeth en todo el mundo, pero realmente hacía algunas cosas raras. El más reciente fue aparecer después de haber estado ausente durante cuatro días en la cabaña seis en medio de la noche.

La había vuelto loca de preocupación cuando desapareció de la faz de la tierra de esa manera. Le recordaba demasiado esa enfermedad que sintió en el Laberinto cuando él desapareció para ver a su madre y ella pensó que estaba muerto. Annabeth no tenía idea de adónde había ido en ese momento, y ciertamente no la había tenido durante los últimos cuatro días. No tenía idea de si él estaba vivo o muerto y ese pensamiento le revolvió el estómago como ningún otro.

La única pista que se le había permitido en su ausencia fue un Nico di Angelo enfurruñado y con el brazo en cabestrillo (por alguna razón). Nico no habló con nadie durante dos días y Percy tuvo que impedir que ella le sacara la información. Finalmente se quebró. Dijo que él y Vela tuvieron una discusión. Dijo que Vela se enojó, o se puso triste, no fue específico y se fue.

Annabeth estaba furiosa con Vela. ¿Cómo se atrevía a desaparecer y preocuparla sólo porque estaba de mal humor con su novio (o lo que fuera que él y Nico fueran, nunca tuvo claro qué eran juntos)? ¡La mejilla de él! Por lo tanto, no fue una sorpresa que ella quisiera golpearlo por aparecer de la nada.

"¡Vela, idiota!" Ella siseó, dándole un rápido empujón que no hizo nada para mover su robusto cuerpo. "¿Dónde diablos has estado?"

"Hola a ti también." Él sonrió y le guiñó un ojo. Fue entonces cuando notó la enorme diferencia en su rostro. Él no tenía que decirle que estaba guiñándole un ojo, ella lo notaba. Vela tenía ambos ojos.

"¡Qué carajo !" Ella gritó demasiado fuerte y Malcolm se removió en su cama, más cerca de la puerta. Hizo una mueca y cerró la puerta detrás de ella y su mejor amiga para que salieran al porche de la cabaña seis. "¿A dónde fue tu ojo? Quiero decir, ¿de dónde vino? ¿Adónde fuiste al Hades?"

La sonrisa juvenil de Vela vaciló levemente y él inclinó levemente la cabeza. Se dio cuenta de que estaba a punto de mentir. "Oh, ya sabes ... en cierto modo hizo..."

Ella quería reír. Él siempre la hacía reír. "Dime." Habló con una voz tan convincente que sabía que ni siquiera la terquedad de Vela podría soportar.

"Está bien." Sus hombros se hundieron. "Pero no puedes decírselo a nadie. Lo digo en serio". Insistió, sus ojos plateados dolían por la severidad. "Ni siquiera Percy." Sus propios hombros se hundieron ante eso, pero aun así asintió. Annabeth era mala guardando secretos, siempre terminaba contándoselo a una de tres personas; Percy; Thalía; o Vela.

"Cruza mi corazón". Ella imitó el gesto y así sin más asumieron las posiciones de mejores amigos.

Annabeth se sentó en los escalones del porche, y entre sus piernas, sentada boca arriba, estaba Vela, ambas mirando la luz siempre ardiente del Hogar de Hestia. Él le contó todo. Sobre Nico; sobre Starlight Silver y Stygian Iron; sobre Venecia; sobre sus hermanos; sobre su madre; sobre el dios misterioso que curó su ojo...

"Vaya." Fue todo lo que pudo decir.

"Sí." El acepto. "Vaya."

"¿Entonces crees que algo se avecina?" Aclaró, con voz tranquila y no por miedo a despertar a nadie. Annabeth estaba preocupada. "¿Algo así como los titanes?"

Vela no respondió al principio, lo que sólo hizo que su estómago se contrajera de ansiedad. Ella entrelazó sus dedos por su cabello para distraerse. Vela tenía un pelo bonito, suave y sedoso. Apoyó la cabeza sobre su rodilla para consolarse. Consuelo que ambos necesitaban. "Espero que no." Dijo finalmente y sus dedos se apretaron en su cabello. Vela era optimista, se suponía que debía mantener las cosas alegres y desenfadadas, pero escucharlo tan abatido hizo que su corazón cayera horriblemente.

Amantes (Nico Di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora