Capítulo 5

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Me quedo viendo fijamente a Leopoldo luego de que aquellas palabras salieran de su boca. Éste claramente nervioso. Trago hondo al pensar en los que provendrá de sus labios.

Sabía desde adentro de mis entrañas que había matado a Aramis esa noche, entonces, ¿por qué mierdas estaba tan nervioso de saber los resultados de la investigación?

¿Por qué me aterraba el hecho de que por alguna extraña razón surgiera que sí estaba con vida?

¿Pero qué mierdas estoy diciendo?

Sé que no es posible, simplemente no lo es.

Seguramente los lobos solo estén planificando algún evento, una boda tal vez.

Sí, definitivamente eso debe ser.

Terminando de limpiarme el sudor parcialmente, camino hasta el banco de madera más cercano y coloco ahí la toalla. Leopoldo me sigue.

—¿Qué fue lo que descubrieron? —Digo tratando de permanecer firme, tratando de que éste no notase mi incomodidad ante todo esto.

—Bueno, según los vampiros espías, ellos piensan que Aramis sí está viva. Que está en Vontrom. —Yo inmediatamente le miro y bufo.

—¿Acaso la vieron? —Levanto una ceja, tomo mi camisa de la banca, y la cuelgo sobre mi hombro derecho.

—Bueno, no exactamente. —Se encoge de hombros y mira hacia otra parte. No queriendo hacer contacto visual conmigo.

—¿Entonces? ¿Cómo carajos vienes a decirme que está viva si nadie la a visto desde que le bebí hasta la última puta gota de sangre de su mísero de cuerpo? —Le grito. Leopoldo cierra los ojos con fuerza y se tensa. Yo respiro aceleradamente, tomo una bocanada de aire y trato de tranquilizarme. Paso mis manos por mi cabello y cierro los ojos por un momento.

—Lo siento mi señor, pero... ¿por qué cree que los espías estén diciendo algo como eso si no están seguros de ello? —Habla, yo giro sobre mi propio eje y le doy la espalda. Mis manos aún sobre mi cabeza. —Ellos jamás le dirían nada que no sea cierto y lo vaya a mortificar.

Yo niego con la cabeza mientras guardo silencio por unos instantes, pensando.

Me giro, miro a Leopoldo, y suelto una risita por lo bajo.

—¿Acaso esto es obra de mi padre? —Le señalo con mi dedo índice, moviéndolo de arriba a abajo mientras aquella sonrisa sarcástica aún sigue en mis labios

—No... no lo creo Heron. —Frunce su entrecejo, confundido y veo como juega de forma más agresiva con los dedos de sus manos.

—Todo esto... —Señalo mi alrededores con mi dedo índice. —Lo hace con la intención de que yo forme una guerra contra los lobos para buscar a la "supuesta Aramis". —Me señalo a mí mismo. —Y entonces así el poderse retirar por la puerta gorda y yo tener que asumir el puesto de rey para que Lontar no caiga a manos de nuestros rivales. —Chasqueo mi lengua. Leopoldo niega con la cabeza.

—No creo que su padre sea capaz de hacerle algo así. —Dice, yo le paso por el lado y me encamino hacia la puerta que daba hasta dentro del castillos.

—Entonces no le conoces bien. —Le doy una última mirada por sobre mi hombro derecho, para acto seguido empujar la puerta y adentrarme al lugar.

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Desde que hablé con Leopoldo en el patio trasero del castillo, hace unas horas atrás, he estado pensando en ese estúpido rumor de que Aramis Feronel pueda estar con vida.

Heron Wolfrahan ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora