Regresando a donde estaba Clara con bastantes palos secos para hacer una fogata, los coloco a un lado del cuerpo del animal, en silencio. Clara me mira y la veo acomodarse un mechón de su cabello tras la oreja y bajar la mirada.—Ya se fueron tus colmillos. —Dice; yo comienzo a acomodar la leña.
—Sí, se van dentro de un tiempo. —Pongo apilada la mayor parte de la madera, luego me acerco al pie de la montaña y tomo dos rocas del suelo.
—¿Y cómo funciona? ¿Los sacas cuando quieres? —Pregunta curiosa. Yo comienzo a golpear las rocas entre sí tratando de hacer fuego.
—No, solo salen cuando tengo el instinto de cazar. No los controlo. —Logro hacer una chispa la cual manejo para encender el fuego.
—Bueno. —Se limita a comentar.
—¿Te comerás el cerdo? —Volteo el rostro y la veo. Ella no dice nada. —Solo quiero saber si necesito quitarle un pedazo de carne, sin que veas claro está, para que puedas alimentarte.
—Yo no lo sé, Heron. Nunca he comido algo así. —Se abraza a sí misma, incómoda.
—Volveré en unos minutos, solo vigila que el fuego no se extinga. —Digo, tomo el cerdo nuevamente en mis manos y me alejo del lugar.
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Después de encontrar una piedra lo suficiente afilada como para cortar un pedazo del cuerpo del animal, procedí a enterrar el resto de el mientras le daba las gracias nuevamente. Luego, regresé donde Clara con el pedazo de carne y una rama un tanto larga.
—¿Esto te es suficiente? —Le muestro el pedazo de carne. Ella asiente con dudas.
—Sí, gracias. —Me acerco a ella, me siento a su lado y comienzo a colocar aquello en la rama que había buscado. Rama la cual puedo decir que era lo suficientemente larga y resistente como para sujetar aquel pedazo sobre la hoguera mientras se cocinaba.
Tras colocar la carne en el palo, la acerco al fuego para cocinarla.
—Dame, yo puedo hacerlo. Ya has hecho mucho por mí. —Clara extiende su mano para que le entregara la rama. Yo la miro, y luego de unos segundos, se la entrego. —Gracias, Heron. —Me sonríe. Yo asiento.
—Entonces, ¿quién es tu familia? —Pregunto. Ella observando como las llamas le pegaban a aquello que sería su alimento. La noche ya sobre nosotros.
—Bueno, pues tengo a mi papá Rigoberto y a mi mamá Brenda. —Una sonrisa se le forma en los labios al hablar de ellos.
—¿No tienes hermanas o hermanos? —Niega con la cabeza.
—No, solo a ellos. Soy hija única. —Voltea y me ve. —¿Y que hay de ti? —Un nudo rápidamente se me forma en el estómago al escuchar aquella pregunta.
—Solo a mi padre. —Me limito a contestar.
—Lo siento. —Dice en voz baja, yo niego.
—Está bien. —Miro hacia arriba; las estrellas ya siendo notorias. —Fue hace mucho.
Ambos nos quedamos callado por unos momento... incómodos.
—Sabes, si no fuera porque fui atrapada por un grupo de vampiros, jamás me hubiera enterado de su existencia. —Suspira. —Aún así, creo que aunque alguien me hubiera jurado por su vida que los vampiros existían, no le hubiera creído.
—Se supone que los humanos no deben saber de nosotros. —Hago una pausa en mi hablar y la miro. Ella a mí también. —Usualmente cuando uno de tu especie se entera de nuestra existencia, lamentablemente es aniquilado. Por la seguridad de los demás.
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Heron Wolfrahan ©
Vampire[Quinto Libro] Heron, vampiro heredero al trono de Lontar. El vampiro más fuerte después de su padre. Su misión de vida fue derrotar a la malvada loba clase X Aramis Feronel. Pero lo que éste no sabe es que gracias a la sangre de Katrina, Aramis h...