Día 1

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Día 1

"Aveces odio a mi esposo"

Escribió un alfa albino con claras ojeras y su mano temblando un poco. Se encontraba en el baño, en la bañera seca. Con la pequeña libreta y un lápiz, el lápiz que su esposo le había regalado.

Tratando de entenderse a si mismo mientras escribía sus pensamientos. Tratando de no ahogarse en ellos.

"O tal vez la palabra odio es muy fuerte, me molesta su presencia"

"Me ha empezado a molestar la presencia humana, tal vez también sea eso"

"Aunque amo a Fyodor, lo amo en Verdad, lo amo con todo mi ser ¿Entonces por qué me molesta su presencia? No lo sé y eso me ha molestado hace tiempo ¡Todo lo que hace es porque me ama! Fyodor me ama y me siento culpable porque me molesta su presencia"

Suspiró y vio hacía el techo¿Entonces por qué estaba oculto en el baño? ¿Si lo amaba por qué estaba aquí entonces? No podía negar sus sentimientos hacia el peli-negro, ya sea románticos, de odio. O de lo que sea que estaba sintiendo por él o por la humanidad, ya no sabía.

Abrieron la cortina dejando ver a el Omega con el cual se había cansado hace dos años. Con una sonrisa y su cabello perfectamente acomodado a su manera.

Bajo la mirada al encontrarse con la de su esposo.

Estaba tan molesto, había perdido su trabajo porque lo habían acusado de algo que el no había cometido.

De repente sintió el agua fría caer en su cabeza, mojando el libro sin entender lo que estaba pasando hasta que reaccionó y saco rápidamente el cuaderno de la bañera.

—¿Que te pasa?—Exclamo ligeramente molesto ante la acción del Omega.

—Necesitas bañarte—Contesto y agarro el cuaderno del alfa—No necesitas preocuparte por el trabajo y lo sabes—Dijo con cariño y acaricio el rostro del mayor con suavidad—Sabes que con el mío es suficiente, Ademas aún puedes escribir, ahora¿Que tal si me das tu ropa para lavarla y tu te bañas?—Ofreció mientras su manga se mojaba un poco por la regadera abierta.

No era el trabajo lo que le preocupaba ¿O si? Ya no lo sabía.

Pero luego de pensarlo o mejor dicho, de tratar de comprender las palabras de Fyodor el solo asintió y se empezó a desvestir sin mucha emoción.

Entregándole la ropa a Fyodor para luego dejar que el agua fluyera libremente por su cuerpo.

Estaba fría. No podía decir que le gustaba la sensación, pero tampoco podía decir que le desagradaba.

Solo se quedó ahí, viendo las baldosas del baño, sin pensar en nada, solo sentir el agua por su cuerpo.

¿Hace cuanto no comía?

Se Pregunto de repente al recordar la necesidad de comer de una persona.

¿O había comido y el no se acordaba?

No lo sabía, solo pudo morderse la mejilla con frustración al no saber la respuesta.

Se acostó en la bañera y dejó que el agua ahora cayera en su pecho, con la mirada perdida.

Se sentía tan cansado, pero aún así se obligó a levantarse y cerrar la regadera.

Salió del baño y agarró la toalla para secarse e irse a la habitación. En donde se encontraba su esposo en la cama con su portátil.

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