Rät

Día 200

Jamas pensó que después de tanto tiempo estaría haciendo esto.

Se encontraba en el baño, con la escusa que se estaba bañando. Cuando realmente hacía unos informes, su inglés era mejor que su japonés, así que se podía defender.

Escribía en una portátil que Sigma le había prestado y mantenía oculta abajo de unas de las gavetas, aunque siempre la cambiaba de lugar para que Fyodor no la encontrará.

—Kyola ¿Que quieres para cenar? No quiero preparar comida hoy—Hablo el Omega al otro lado de la puerta del baño tocando ligeramente.

Pensó un poco en la pregunta, realmente no sentía apetito ¿Eso era normal? No había comido nada desde Ayer.

La comida simplemente no le provocaba.
Guardo la laptop y salió del baño.

—No lo se, estoy bien con cualquier cosa—Dijo y cerro la puerta del baño detrás de él.

—Entonces solo hare una ensalada de frutas—Dijo con un suspiro y luego se dispuso a salir de la habitación.

Siguió a Fyodor hacía la cocina.

¿Por que era tan fácil enamorarse? ¿Por que? ¿Por que siempre es de la persona equivocada?

No podía negar que lo primero que le atrajo de Fyodor fue su físico, porque siempre había sido así.

Además que jamás pensó que alguien como Fyodor pudiera amar a alguien como él.

Había visto que todas las relaciones a su alrededor siempre funcionaban bien.

Conocia el cuerpo y los hábitos de Fyodor a la perfección. Pero no conocía su mente.

Primero todo es genial y luego todo duele más de lo que debería.

No era justo, nada era justo y todo el mundo lo sabía.

Se colocó a en la ventana, se sentó en un silla y solo se dedicó a ver a gente pasar, después de todo ya no tenía nada que hacer.

Se sentía tan patético.

Realmente después de esto no quería volver a enamorarse. Después de esto no creía que pudiera volver a tener un apego sano, claro que no lo tendría.

Jamás se volvería a sentir del todo seguro con otra persona.

Ya lo había sentido con Sigma el día que fue a llorar a su departamento. Incluso con su mejor se sentía inseguro.

¿Esto era lo que Fyodor había querido de él?

¿O acaso Fyodor pensaba destrozarlo más de lo que estaba?

Sintió como tocaron su hombro, sacándolo de sus pensamientos. Sintió que acariciaron la marca que tenía, y luego se mejilla.

—¿Por que lloras?—Escucho como le pregunto Fyodor en su oído.

¿Estaba llorando? No lo sabía.  Ni siquiera lo había sentido, ni siquiera había reaccionado bien.

Volteó lentamente hacía Fyodor y sonrió un poco. Tratando de ocultar su tan confuso estado mental.

El Omega limpio sus lágrimas con cuidado, y el solo se dejó cuidar apesar de que se sentía inseguro. Pero no podía negar que también se sentia  extrañamente amado.

Se sentía...

Se sentía bien, el toque de Fyodor le hacía sentir miedo pero a la vez bien. Era contradictorio y ni el mismo entendía las cosas a sus alrededor. Solo entendía medianamente a Fyodor y la cocina.