Día 127

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Día 127

No podía respirar bien.

Estaba jadeando.

Sintió como tocaron su mentón y luego lo obligaron a levantar la mirada. Fyodor estaba arriba, sentado con una sonrisa.

—¿Ya está estás entrando en calor?—Pregunto con una sonrisa mientras jalo un poco de la delgada cadena— bueno, tu celo ha estado atrasado—Sonrio y sintio como una de las manos del Omega estaba en su cabello y lo jalo hacia atrás—Me hace falta que me anudes, kyola. Mi omega interior se siente rechazado y deprimido por tu culpa, eres un pésimo alfa, pero apesar de que eres tan patético te sigo amando—Sintio como acariciaron su mejilla y luego sus colmillos que habían empezado a crecer—Deberias sentirte afortunado porque aún te amo.

No contesto y solo gruño en respuesta.

Estaba molesto, no quería hacer nada de esto. Pero Fyodor había querido jugar un pequeño juego y no quiso negarlo. Pero ahora el problema era que su calor había empezado a mitad de este.

Espero un supresor para aliviar un poco el dolor muscular o para bajar un poco el calor que sentía. O al menos que Fyodor detuviera el juego.

Pero no fue así. Fyodor volvió a jalar de su cabello, dejando su cabeza entre sus piernas.

—¿Sabes que la heterocromía  es bastante común entre perros y gato?—Pregunto y acaricio la mejilla del alfa—En gatos blancos más que todo, como tú—Rio un poco y guió sus dedos a la boca del albino.

Abrieron su boca y el peli-negro la mantuvo abierta con sus dedos.

Se sentía asqueroso. Se sentía tan sucio. Jamás se imagino sentir así y mucho menos con Fyodor.

Cerro los ojos.

—Tus colmillos... han crecido—Señalo  el Omega y volvió a jalar el cabello del contrario—Son perfectos—Su sonrisa se amplió—No puedo esperar el momento cuando me marques—Sintio como Fyodor metió los dedos dentro de su boca bastante profundo y empezó a toser y se alejo de él—Cuando por fin me reclames como tuyo.

Se echo hacía atrás mientras aún tosía un poco.

No quería marcarlo, no podía marcar a Fyodor. Si lo hacía, jamás podría deshacer la marca si también marcaba a Fyodor.

Agarró la cadena para quitarla de las manos del pelí-negro.

Pero antes de siquiera hacer fuerza recibió un patada en su rostro.

—Asi no es el juego, kyola. Tienes que obedecer a el dueño—Volvio a jalar la cadena que estaba atada a el collar que había en su cuello.

Dios, esto era humillante. Solo levanto la mirada hacia el peli-negro.

Confundido, sin entender lo que había pasado¿Lo había golpeado? ¿Fyodor se había atrevido a golpearlo? Vio a el peli-negro en busca de respuestas.

Sintiendo el dolor en su mejilla, llevo su mano lentamente hacía el lugar para tocarlo. Pero la cadena fue jalada nuevamente evitando que se tocará la mejilla y luego jalaron su ahora corto cabello.

—Te he dicho que así no es el juego, kyola—Dijo junto a una sonrisa mientras apretaba su agarre el su cabello—Asi que obedece como la perra que eres.

Gimió en respuesta, oh dios, el calor le estaba afectado¿Cómo carajos podía sentirse excitado por eso? Eso no era sano, nada aquí lo era, pero aún así seguir aquí porque no tenía ningún lugar a dónde ir.

Había perdido a Sigma, la única persona con la cual podía hablar ya no estaba, fue un error no haberle pedido en el primer encuentro que se comunicará con su familia para decirle cómo estaba.

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