Día 99

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Dia 99

Su cabeza dada vueltas, y también sentía que lo hacía su cuerpo. No podía coordinar bien sus movimientos y sentía muchas náuseas.

Se sentía horrible.

Fyodor le había dicho que tenía que tomar cierta pastilla, así que lo hizo. No lo pensó mucho antes de hacerlo.

No sabía si la pastilla estaba haciendo el efecto deseado en su cuerpo o tuvo una reacción a ella.

Trato de dar otro paso más. Estaba recostado a la pared tratando de caminar hacía el baño para poder vomitar.

Necesitaba hacerlo.

Cuando llego, a duras penas. Empezó a vomitar. Solo había comido galletas desde que se habia levantado, así que prácticamente lo que vomitaba eras sus propios ácidos estomacales.

Pero aún así lo hizo hasta que no sintió nada en el estómago.

Sintió como una mano sobaba su espalda con cariño.

—Sigma viene a cenar ¿No quieres que te encuentre así, verdad?—Pregunto el Omega con una pequeña sonrisa mientras recogía el cabello blanco de su esposo—¿Quieres estar presentable, no?

Las palabras de Fyodor le eran difíciles de entender.

Se sentía tan mareada y fuera de sí que le costaba entender las palabras de su esposo.

—Fedya...—Lo llamo entre jadeos—No creo que sea buena idea hoy...—Volteo un poco hacía el peli-negro.

Se sentía demasiado mal como para recibir visitas.

En eso volvió a sentir náuseas y volvió a vomitar.

Sus brazos temblaban.

Entonces sintió como las manos del contrario se metían abajo de su camisa, tocando directamente su espalda.

—Pero aún así eres muy lindo, kyola—Sintio como apartaron su cabello y besaron su nuca—Si no fueras mío desearía que lo fueras.

Y sin más, el ruso se alejo de él, dejándolo en el baño tratando de recuperar fuerzas para levantarse.

Se lavo la boca y se vio a el espejo, algo que había evitado hace algún tiempo para acá.

No recordaba a que sus ojeras fueran más notorias y estuviera más delgado de lo que suponía.

Salió del baño mientras se trenzaba el cabello para que no se enredara después.

Fue a a la cocina y encontro a Fyodor cocinando mientras tarareaba una canción, parecía bastante alegre.

Fue hacia los estantes. Buscando algo de comida antes de la cena.

—No comas nada pesado y tampoco tomes agua, hay jugo en la nevera por si tienes sed—Comento el peli-negro sin voltear a verle.

Agarró unas galletas y las empezó a comer, fue a la nevera y agarró un poco de jugo.

Se sentó en silencio. Mientras comía y veía a su esposo cocinar.

—¿De qué era la pastilla?—Pregunto mientras mordía una galleta—Espero que no haya sido otro afrodisíaco—Señalo con la galleta a el peli-negro.

—Claro que no lo fue—Nego algo ofendido.

Fyodor no le dio la verdadera respuesta y lo sabía, aunque en verdad no había sido un afrodisíaco, no le había dicho que pastilla le había echo tomar.

Al final no volvió a preguntar, solo se dedicó a observar.

Lo amaba, era verdad. Quería darle el mundo entero y todo lo demás.

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