•CAPÍTULO 2•

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THE BLACK SISTERS
AVADA KEDAVRA
II. Inteligencia y psicosis.
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Las gotas de humedad se escurrían entre las paredes de piedra, mohosas y repelentes, formando charcos pequeños que se distribuían a lo largo de los pasillos y dentro de las celdas.

Azkaban era un sitio inhumano, donde lo único que predominaba más que el hedor pestilente, era la oscuridad. Allí jamás entraba la luz del sol o una miserable brisna de aire.

La prisión estaba en la mitad de la nada, el mago que la creó había construído aquella fortificación ubicada en el mar del norte de Gran Bretaña para atraer muggles viajeros y torturarlos hasta morir, la cantidad de magia oscura que envolvía el sitio era tremendamente poderosa. Luego estuvo al cargo del ministerio, donde no se sabía qué hacer con ella debido a la infestación de dementores qué había invadido el sitio, hasta que se decidió usar como prisión debido a las nulas probabilidades de huir.

La mente de todos se rompía.

La mayoría de los seres humanos no eran capaces de resistir ese lugar plagado de oscuridad. Al pasar unas dos semanas de vivir allí, estaban clamando la muerte o volviéndose completamente locos; los gritos y alaridos provenientes de las celdas convertían a Azkaban en la prisión más decadente y maldita del mundo mágico.

Sin lugar a dudas era un agujero donde se llevaba a las personas a podrirse hasta morir, pues entraban seres humanos y si lograban salir, lo hacían cáscaras vacías.

Bellatrix se encontraba allí y no es como que el sitio había mermado su personalidad, es más, había sido todo lo contrario, estaba experimentando una especie de psicosis, una fase maníaca que la mantenía despierta día y noche, su mente no se apagaba y sus pensamientos no se detenían.

La celda en la que se encontraba era pequeña, tenía una pequeña ventana con barrotes en lo alto del muro, con suerte se colaban algunos rayos de sol o salpicaba una que otra gota del mar. Había un pequeño colchón sucio y fétido tendido en el sueño, allí mismo había un inodoro y nada más. Teniendo en consideración la peligrosidad de Bellatrix, no podía haber nada dentro de la celda que pudiese proveerle oportunidad e ideas para huir.

No obstante Bellatrix no estaba interesada en escapar. Los aurores lo desconocían, pero Bellatrix no tenía ninguna intención de huir de aquel sitio alejado de la mano de Dios.

Fuera de esas paredes había un mundo que se había paralizado en la bella etapa donde las personas juraban no volver a cometer errores, donde se prometía cuidar a los jóvenes y a casa eslabón para evitar que se alzara otro mago que atormentara al mundo.

«Avada Kedavra» The Black Sisters ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora