5. NOSOTROS

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NARRA EVAN:

Comencé a preparar mis cosas para al fin poder mudarme, mi padre me llevaría hasta Nueva York con algunas de ellas, después de todo tendría que vivir en las instalaciones de aquella universidad, y necesitaría algunas cosas.

Mientras ordenaba encontré algunas cartas y fotos antiguas junto a Gwen, del baile de primavera, una donde estábamos en primaria, una en la cual yo estaba llorando porque Gwen me estaba jalando del cabello, sonreí al ver esa foto, porque recuerdo que Emma la reprendió después de eso, sin antes tomar la fotografía.

También había dibujos de ella, ¿quizás la vida sin ella no podría ser tan mala?, es decir, ella siempre decía que debía conocer personas, y era tiempo de salir de esa burbuja.

Emi se acercó a mi lado y se sentó observando todo lo que estaba haciendo.

— También te extrañaré a ti — dije abrazándola.

— Deberías pasar tiempo con ella antes de irte — era mi madre que estaba apoyada en el marco de la puerta — mi hijo ha crecido mucho — dijo acariciándome el cabello — me alegro de que puedas cumplir tus sueños, siempre has sido un chico muy capaz y esforzado.

— Si mamá, gracias, los extrañaré a todos, vendré a visitarte obviamente para las vacaciones y eso.

— Sabes que siempre te esperaré con los brazos abiertos, ¿le dirás a Gwen?

— ¿El qué?

— Qué la quieres, y antes de que lo niegues, con Emma lo hemos sabido siempre, la manera en que ambos se cuidan, no es de solo amigos, como se miran, es algo único.

— Quizás es la costumbre — dije inclinándome para ver algunos vinilos que tenía en una caja.

— Puedes mentirme a mí, pero no puedes mentirle a tu corazón — dijo saliendo finalmente.

No me estoy mintiendo, bueno, puede que si me esté mintiendo un poco, pero solo un poquito.

Me recosté en mi cama y Emi subió conmigo, ambos estábamos calentitos, estaba ansioso con mi nueva vida de universitario, y a partir de mañana pasaría mayor tiempo con mis seres queridos, era lunes y el viernes me iría, así que solo quedaban cuatro días para hacer de esta semana inolvidable.

Puse mi lista compartida en Spotify que tenía con Gwen y salió la canción que ella me había dedicado Its nice to have a friend de Taylor.

NARRA GWEN:

Me tiré en mi cama, hundí mi cara en la almohada, una de las cosas positivas de que mamá no estuviese en casa era que no podría analizarme.

Trataba de pensar bien, mis clases no empezarían hasta en dos semanas más y me alejaría de Evan, estaba bien, eran cosas que iban a pasar tarde o temprano, pero creo que no estaba preparada para decirle adiós a mi amigo, aunque no fuese para siempre.

Es decir, había pasado toda mi vida junto a Evan, socializar y conocer a personas nuevas iba a ser algo completamente nuevo sin él a mi lado, si mi madre estuviese aquí diría que me calmara o me daría un ataque de ansiedad, y me diría que fuese yo misma, pero si era yo misma dudaba que haría algún amigo.

Tome mi celular, y era tarde, aún seguía nuestros últimos mensajes con Evan, puse Spotify, la infaltable Taylor, para llorar como señora despechada que acaba de terminar una relación de años.

Es decir, no he tenido relaciones sentimentales, una vez bese a un chico jugando a la botella, pero no fue más que eso, como siempre estaba con Evan, no muchos chicos se me acercaban. No tendría idea si mi relación de mejores amigos dolería más que una ruptura amorosa.

Finalmente, me había dormido, pero desperté porque me estaba ahogando con mi propia saliva, pues seguía en la misma posición que al principio, me dirigí al baño a lavarme los dientes y note que mamá estaba acostada en el sofá con la televisión prendida, no quería despertarla, sabía lo mucho que ella estaba trabajando para que no me faltara nada, apague el televisor y ella despertó al instante.

— Estaba viendo — dijo volviendo a prender el televisor.

— ¿Con los ojos cerrados?, lo dudo.

— Has estado llorando o me atrevería a decir que estás fumando marihuana, tienes los ojos rojos.

— Lo segundo, mamá.

— Dime que ha pasado, cuéntale todo a tu madre — dijo golpeando el espacio en el sofá para que me sentara.

— ¿Me juras que no me analizaras como la psicóloga que eres?,¿ni me pondrás un chaleco de fuerza?

— Me costará, pero está bien.

— Bien — dije tomando aire. — Bueno, no quede en la misma universidad que Evan, él se irá en unos días y no sé qué hacer, es decir, me siento terrible por no quedar con él, pero siento que tampoco puedo alegrarme porque él se vaya, sé que soy una persona horrible por pensar eso, pero quería que estuviésemos juntos.

— Lo que tú sientes se llama amor.

— ¿Qué?, claro que no es amor, solo es costumbre.

— Eso dices para no aceptarlo, pero Evan y tú han pasado por mucho, y estoy segura de que él debe pasar por lo mismo, es un amor contigo, se preocupa bastante.

— Lo hace porque me debe ver como una hermana o un amigo o un travesti.

— Vi como mi madre puso los ojos en blanco por un momento — Te hago una apuesta.

— ¿Qué?

— Si pasas esta semana con Evan y no sientes absolutamente nada, te regalaré un disco de Taylor, pero si yo gano y lo aceptas, me tendrás que contar todo, sin omitir ningún detalle.

— Madre, no caeré en ese juego.

— Dos discos de Taylor o uno de Aurora, tú eliges, solo piénsalo —dijo levantándose del sofá — lávate los dientes y ve a dormir, es tarde.

— Bah, qué tontería.

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