21. NO ESTARÁS SOLA

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NARRA GWEN:

— Debemos ir a casa, Gwen puedes enfermar, está haciendo mucho frío —dijo la voz.

Alce la mirada intentando contener las lágrimas y mis pensamientos, vi el pequeño Volkswagen de mi madre y entendí que tenía que evitar llorar aún más, ¿pero qué se hacía cuando no podías fingir?

—¿Mamá, que haces aquí? —pregunté obvia para tratar de componerme en lo que me levantaba del asiento de la parada de autobuses.

—Pues sí, ¿esperabas a alguien más?

—No, claro que no —dije mientras abría la puerta del copiloto — ¿saliste de tu turno y pasaste por aquí o se debe a otra cosa?

—Acabo de salir del turno Gwen, pero como recordé que Andrew se iba hoy pensé en venir a buscarte, ya que me quedaba de pasada.

—Tiene lógica.

—Si no te conociera, diría que paso algo, noto como tratas de fingir que no pasa nada y lo haces pésimo, eres una pésima actriz —volvió a decir mi madre sin quitar la vista en el camino.

— Ya sabes, las despedidas son tristes, estoy afectada por eso, nunca había pasado separado de Andrew desde que comenzamos a salir —contesté, quizás debía pedirle clases de actuación a Evan.

—Umm, supongo, ya se pondre algo que te va a animar —dijo ella prendiendo la radio del auto —tengo una canción que nos hará feliz a las dos.

—Detuve su mano rápidamente al ver que iba a volver a poner algo de su banda británica favorita — no creo que sea el momento mamá, puedes poner cualquier otra cosa —dije intentando sonreír y sonar alegre.

***

Al llegar a casa lo primero que hice fue subir a mi habitación y recostarme en mi cama, hacerme bolita y no pensar en nada más y poder acoger este dolor en mi pecho, y llorar, llorar tanto como mi cuerpo lo permitiera, hasta quedarme dormida.

NARRA ANDREW:

Finalmente, había llegado a casa, estaba a punto de subir los peldaños hasta la puerta hasta que escuche como algunas cosas sonaban y eran arrastradas por el piso, se oía como si dentro hubiese un verdadero desastre.

Abrí la puerta para finalmente entrar y ahí estaban ellos Ranjit y María ordenando la casa y limpiado los platos sucios que al parecer habían acumulado toda la semana que había estado fuera, al ver eso me saco de los pensamientos que tenía desde ayer, si había algo que no soportaba (tenía un trastorno obsesivo-compulsivo con el orden y la limpieza), era la suciedad y el desorden.

—Rayos, ¿no que llegaría más tarde? —pregunto María a Ranjit, que al verme comenzó a pasar la escoba por el techo.

—Las probabilidades que no quisiera despedirse de Gwen y quedarse un día más eran altas, ¿acaso nadie es cariñoso contigo? —volvió a decir Ranjit.

Como por arte de iluminación divina, vi como María le dio un leve golpe a Ranjit y este paro de hacer lo que estaba haciendo — Es verdad, un británico enamorado, no querría quedarse más tiempo con su chica? —volvió a decir ella —¿Qué seguirás parado ahí mirándonos?

—¿Nunca han visto yo antes que tú? —solté de la nada — pero bueno eso no es importante ahora —dije sacando el mechón que se había caído frente a mis ojos — deberían limpiar pronto, por ahora no dire nada, porque no dormí bien, pero espero que lo hagan, y por favor sean limpios al cocinar, creo que a alguien le fallo la última cena que hizo —apunte con mi dedo al techo, ya que había una mancha que antes no estaba.

—¿Cómo está Gwinie?, ¿Cuándo vendrá? — volvió a decir Ranjit mientras sacaba la mancha del techo con la escoba otra vez.

—No lo sé, iré a dormir, cuando despierte espero que esto esté tan reluciente como cuando me fui.

—Si señora Weasley.

Subí las escaleras y volví a suspirar, esos minutos de discusión con los chicos habían pasado, y aunque quería que limpiaran rápidamente y que quedara todo impecable, estaba cansado, me recosté en mi cama y mire mi celular, ¿debía mandar un mensaje diciendo que llegue? O simplemente debía esperar que ella lo intuyera, al sacar mi celular se me vino a la mente Evan. Él tendría mucha más ventaja que yo.

NARRA GWEN:

Abrí mis ojos y ya me sentía un poco mejor, mire la hora en mi celular y supuse que Andrew había llegado, y no estaba del todo segura si mandarle un mensaje preguntando, quizás no me contestaría, pero supongo que era mejor no quedarme con la duda.

Espero que estés en tu casa y hayas llegado sano y salvo — enviado.

Abrí la puerta de mi habitación y al hacerlo Evan estaba parado con un chocolate caliente en su mano.

—¿Qué?, ¿cómo es que estás aquí?, ¿Cuánto tiempo esperaste hasta que despertara y abriera la puerta?

—Solo tómalo y no digas nada, sé que te gustan estas cosas cuando estás triste, ¿recuerdas, cuando teníamos doce, que te gane en una competencia y solo el chocolate caliente te ponía feliz? —dijo sonriendo.

—No lo recuerdo —dije, obviamente si lo recordaba— ¿Y mi mamá?

—En casa con mamá, al parecer tenían muchas cosas que hablar —dijo finalmente entregándome la taza.

—Entra, quizás no has estado en mi habitación hace mucho tiempo, no ha cambiado mucho —dije sentándome en mi cama.

Evan, siempre que entraba a mi habitación, tenía el hábito de mirar todas mis cosas, como si fuese un museo exponiendo obras de arte, y no me molestaba para nada, aunque fuese un poco incómodo, ya que veía como brillaban sus ojos cada vez que encontraba algo que le gustaba.

— Sigue como siempre —se sentó a mi lado.

Comencé a beber el chocolate y ninguno de los dos hablo, pero me sentía muy cómoda con él, era el tipo de persona con la cual ambos pueden estar en silencio sin que eso sea incómodo, y aunque me sentía triste de cierta forma él me hacía sentir aliviada. Sentí como el suspiro y puso su brazo sobre mi hombro acariciándolo de arriba hacia abajo.

Mis lágrimas comenzaron a brotar ante ese leve gesto de caricia, y Evan rápidamente me abrazo y yo resguardé mi rostro en su pecho.

—No te dejaré sola esta vez Gwen, lo prometo —volvió a decir mientras seguía acariciando mi espalda.

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