14. EL CHICO INGLÉS

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NARRA GWEN:

— ¿Estás segura de que le parecerá bien que esté aquí?— volvió a preguntar Andrew, mientras yo observaba si mi pequeña madre se veía alrededor de la multitud.

— Te preocupas demasiado, obviamente no le importará — dije.

Al pasar alrededor de diez minutos mi madre llego y vi como nos observó por un momento, como meditando si realmente el chico alto de lentes y cabello ondulado me acompañaba.

— Hola — saludo mi madre y de inmediato tomo de mi brazo para llevarme a un lugar un poco más alejado para que Andrew no nos escuchara — ¿Ese chico quién es?, ¿no me digas que es tu novio?

—No, claro que no, pero seremos algo, estamos saliendo, pero aún nada formal— dije.

— Es guapo, pero de cierta forma me siento un poco decepcionada, ¿qué pasa con Evan?, él está esperando que llegues a casa.

— El romance con Evan solo fue un mal fanfic que la tía y tú querían por la canción que escuchaban, pero deberías alegrarte, el chico de ahí atrás es un legítimo británico — dije sonriendo — además no lo has conocido, no deberías cuestionarlo sin saber como es, ve y saluda de hecho creo que habernos alejado lo tiene totalmente descolocado.

— Soy psicóloga Gwen, y sé cómo son las personas al solo verlas, puedo analizarlas.

— No ha dicho ninguna palabra.

Volvimos donde estaba Andrew parado con nuestras maletas, su rostro decía por todos lados "no debí haber venido", pero quería que se sintiera cómodo, cosa que gracias al berrinche de mi madre no pasaría.

— Siento eso, me llamo Marie, y soy la madre de Gwendolyn —dijo tendiéndole la mano.

— Andrew, y vivo con su hija, es decir, soy el casero— dijo Andrew nervioso.

— Muy bien, vamos al estacionamiento.

Andrew volvió a mirarme con su rostro confundido.

***

Al llegar a casa mi madre se estacionó y abrió la cajuela para que comenzáramos a sacar nuestras cosas.

— Si me perdonan, debo ir a dejarle algo a Julie — dijo caminando a casa de ella.

Era obvio, mi madre iría a contarle a tía Julie que había traído a un chico conmigo, y que había arruinado los planes de su enfermizo amor cliché.

— Tu madre es una mujer curiosa, realmente siento que no le agrado para nada — volvió a decir Andrew mientras sacaba nuestras maletas.

— No te preocupes, me tienes que agradar a mí y no a ella — dije sonriendo.

NARRA EVAN:

Vi como el auto de la tía se había estacionado en casa, no había duda, Gwen había llegado, me mire al espejo y comencé a ordenar mi cabello, baje las escaleras corriendo, cuando abrí la puerta la tía Marie estaba a punto de golpearla.

—Hola, mi madre está en la cocina — dije para hacerme a un lado y poder salir.

— Si fuera tú, aún no saldría — dijo ella un poco apenada.

— No se preocupe, solo quiero ir a saludarla.

Salí de casa y ahí estaba ella tan radiante como siempre, quería hablar tantas cosas con ella, camine rápidamente en su dirección, y ella se dio cuenta de que iba en su dirección hasta que un chico salió del auto y se puso a su lado.

— Ya saque todo lo que estaba en los asientos traseros— dijo incorporándose al lado de Gwen.

—Yo me detuve en seco y los miré a ambos— Hola — dije — venía a saludarte, me di cuenta de que habías llegado, ya que la tía fue a ver a mi mamá.

— Hola Evan, ¿Cómo estás? — dijo sonriendo — te presento a Andrew, me acompaño esta vez.

—Hola, soy Andrew - dijo el otro chico tendiéndome su mano.

—Evan, ¿eres compañero de Gwen?

— Soy su casero y buenos amigos también — dijo.

El chico era mucho más alto que yo y un poco más delgado, Gwen le llegaba a la altura del hombro si es que no un poco más bajo, al hablar se notaba que no era de por aquí, y por el acento podría jurar que era británico, la gran debilidad de Gwen, podría decirle Harry Potta, y ella caería rendida a sus pies.

— Entonces los amigos de ella son mis amigos — volví a decir — queremos hacer una fiesta de bienvenida, así que después de ordenar su equipaje podrían venir a nuestra casa para celebrar que ambos volvimos.

— Es una buena idea, ¿qué te parece Andrew?, ¿quieres compartir?

— Sí, claro, entonces es una invitación.

— Sí, nos vemos en unas horas, fue un placer conocerlos chicos — dije dándome la vuelta para entrar a mi casa. 


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