Capitulo 12

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Cap 12
Soy un agente celestial

Día 1 como agente
en entrenamiento.

Alissa:
—Buenos días celestiales. Hoy habrá unos entrenamientos un poco calmado. Solo para desarrollar y experimentar con sus habilidades extraordinarias.

Nos encontramos en la sala de entrenamientos, una sala gigante con espacios divididos y abiertos. La directora Monroe está con nosotros dando inicio a lo que será hoy.

—Defina "un poco calmado" por favor directora Monroe.

Dice el chico pelirrojo haciendo unas comillas en el aire.

—Que está vez solo será más suave, aunque es mejor ver que decir. Así que, tendrán unos guías para ayudarlos y al profesor para informarnos más del tema de sus habilidades.

En eso, llegan las mismas personas que estuvieron el día anterior con nosotros. Cada uno colocándose detrás de con quiénes estuvieron ayer.

—Ellos estarán con ustedes unas horas, cualquier suceso me lo hacen llegar con la agente Jang.

Asentimos, la mujer nos hace el gesto de seguir a los guías. Lo hacemos y por mi parte me toca ir a un espacio con cojines, cosa que me pareció extraño hasta que el hombre habló.

—Necesito que se siente en cualquier cojín y se relaje, empezaremos con la habilidad de  levitación.

Mientras miraba las instrucciones por la tableta. Yo me sentaba en el cojín en posición de indio.

—Necesito que cierres tus ojos. Imagina una fuerza de un color e imagina que pasa por tu cuerpo.

Remuevo mis manos entre ellas con los ojos cerrados. Imagino una luz de color blanco. Se va convirtiendo en una luz roja. Imagino como rodea mi cuerpo.

—Respira y exhala—lo hago y él continúa—. Ahora, imagina recuerdos lindos, los más apreciados.

Imagino cuando subí mi bicicleta por primera vez cuando era niña, mi hermano me acompañaba y me empujaba desde atrás, reíamos y mi madre aplaudía desde atrás.

—Bien ahora que tienes esa energía. Quiero que abras los ojos y observes está lata de bebida vacía.

Escucho que coloca una lata en el suelo y abro los ojos. La observo con una ceja alzada y miro al hombre.

—No me mires a mi, mira la lata—giro los ojos y vuelvo a ver la lata— Recuerda esa lata—la señala— quiero que cuando cierres tus ojos sientas que esa energía la eleva. Si se te hace más fácil señala con una mano o ambas, algo que la direccione.

Asiento. Cierro los ojos nuevamente. Imagino la energía de nuevo en mis brazos, como si luces la rodearan. Pasan por el suelo imaginario y llegaba a esa lata. La rodeaba y aprieto con fuerza los ojos tratando.

Escucho un ruido, aprieto las manos en forma de puño encima de mis rodillas. Oigo como la lata se mueve.

De la nada me recuerda al ruido de la lata de la tapa de la basura, cuando se movía. Aprieto los ojos, recuerdo el sueño que tuve, las voces, los hombres, la roca, mi collar.

Ya no estaba concentrada, estaba entrando en mis pensamientos. Luego recuerdo ayer que me perdí, llegué a un lugar sin saber cómo llegué, solo corría, no pensaba. Mis piernas se movían por si solas.

Oigo murmullos y escucho aplausos. No me detengo, aprieto más los puños con fuerza, tanto que sentía mis uñas clavarse en la palma de mi mano.

De pronto siento una mano en mi hombro y abro los ojos de golpe. El señor estaba al frente mío y ambos volteamos cuando la lata dispara hacia el techo alto. Golpeó y cayó rápidamente. Lo observo y la lata estaba aplastada, como si se hubiese pisado.

Yo Soy Alissa Gilius (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora